Las panaderías en una crisis terminal: Los molinos no les venden harina y podrían dejar de fabricar pan

La próxima semana podría faltar en Salta “el pan nuestro de cada día”. Es porque los molinos, ante un dólar incierto, frenaron la venta de harina y la producción está en riesgo.

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Un angustiado Martín Petroccelli, presidente de la Cámara de Industriales Panaderos de Salta, anticipó ayer a IN Salta que si los molinos harineros siguen sin vender insumos, la producción de pan podría paralizarse en Salta la semana próxima. Es que sin un precio definitivo del dólar, los molinos dejaron de entregar harina y cortaron el crédito a los panificadores.

Los panaderos esperan el encuentro que los delegados de la industria mantendrán el lunes con la gobernadora María Eugenia Vidal. A ella se le pedirá una mediación ante el gobierno nacional para que instrumente las medidas que garanticen la compra a precios accesibles de la molienda del trigo.

El encuentro tendrá lugar el lunes próximo, pero los locales no comparten el entusiasmo de los porteños y aguardan cautelosos: “si no nos escucharon hasta ahora, que venimos denunciando una situación que ya se nos hace imposible sostener, no sé qué puede cambiar en este encuentro. Yo francamente me siento pesimista al respecto de los resultados. Sin embargo, queremos agotar todas las vías de negociación antes de tomar alguna medida que perjudique a la gente”, anticipó.

Petroccelli se refiere al lock out previsto para luego del encuentro. La medida consistiría en frenar momentáneamente la producción de pan y otros productos panificados. “Esto ya está determinado, y no tenemos otra alternativa que aplicarlo”, lamentó.

La crisis económica que atraviesa el país y a la que el sector no permanece ajeno, ya obligó al cierre del 30% de los establecimientos en actividad según el último relevamiento de la cámara que los nuclea. “Te estoy hablando de establecimientos legales, que pueden ir a abastecerse a los molinos. No hemos visto ni me quiero imaginar aquellas panaderías clandestinas que no cuentan con esta posibilidad, y que tienen que ir a comprar la harina a los mayoristas que cada vez les aumentan un 20% más”, advirtió.

El precio final del pan aumentó, pero no a los niveles en que lo hacen los insumos necesarios para la producción, generando un desfasaje que se acumula con el correr de los meses. Fuentes consultadas por este medio anticiparon que una vez resuelta la situación de los proveedores, los incrementos que se aplicarían sobre el precio al consumidor llegarían a un 25%. 

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