“Con edificio propio hoy tendríamos el doble de gente”, dice Luis Blando.
El ingeniero deja Córdoba sin poder ver el edificio propio de Intel, tal como se comprometió a construir -hasta por ley- el gobierno provincial. “Cuando Paul Otellini -Ceo de Intel- me pregunte por este tema voy a tener que salir corriendo”, confiesa Blando, que -poniéndose serio- agrega: si hubiesen contado con el edificio propio, los 200 puestos de trabajo actuales serían tranquilamente el doble, fundamentado en los sobresalientes resultados que para la empresa obtuvo el centro de soft cordobés. “Nuestro compromiso era llegar a tener 170 empleados un año después de contar con la sede propia, por lo cual nosotros hemos cumplido con creces”, concluye.
El ingeniero deja Córdoba sin poder ver el edificio propio de Intel, tal como se comprometió a construir -hasta por ley- el gobierno provincial. “Cuando Paul Otellini -Ceo de Intel- me pregunte por este tema voy a tener que salir corriendo”, confiesa Blando, que -poniéndose serio- agrega: si hubiesen contado con el edificio propio, los 200 puestos de trabajo actuales serían tranquilamente el doble, fundamentado en los sobresalientes resultados que para la empresa obtuvo el centro de soft cordobés. “Nuestro compromiso era llegar a tener 170 empleados un año después de contar con la sede propia, por lo cual nosotros hemos cumplido con creces”, concluye.