El presidente de EE.UU., Barack Obama, saluda al Papa Francisco, sentado en el asiento trasero del Fiat 500.
“Sale tanto como hacer autos muy premiados en cuanto a seguridad, calidad y prestaciones; con el corazón italiano, y que encima sean modestos a la hora de comprar”, responde con elegancia un ejecutivo de la automotriz. Lo concreto es que la acción es imposible de calcular. Lo que sí se puede afirmar es que asocia la marca a los valores que transmite el argentino en un mercado con 60 millones de católicos.
Tu opinión enriquece este artículo: