El objetivo principal que tienen desde Le Dureau, café de especialidad, es bastante claro y ambicioso: acercar a los cordobeses la experiencia de disfrutar “con los 5 sentidos” cafés de todo el mundo.
“Es una pena que como país consumidor, ya que no somos productores, no podamos tener la posibilidad de conocer cafés tan distintos”, comenzó diciendo la catadora internacional y juez sensorial Analía Álvarez, directora del Centro de Estudios del Café de Buenos Aires.
Desde hace, aproximadamente, siete años existe el Centro de Estudios del Café en Buenos Aires. Los alumnos de catación de esta institución fueron los impulsores de esta pasión: así nace la cafetería Coffeetown, centro de distribución de cafés provenientes de África, Guatemala, México, India, Sumatra, entre otros.
Contra todos los pronósticos
“Hay clientes habituales que siempre toman el expreso y nosotros les queremos ofrecer otra cosa”, comenta Belén Duró, una de las dueñas del local cordobés. También resaltó la muy buena recepción que poseen por parte del público cordobés, sobre todo de los jóvenes, “siempre más abiertos al cambio”.
Duró sostiene que, contra todas las opiniones de los gastronómicos de Córdoba, se animó a traer estos cafés de especialidad, con todo lo que eso conlleva: precios más caros, mayor dedicación en la preparación y mantenimiento de las máquinas, etc.
¿Las ventajas? La ubicación es un factor fundamental para Le Dureau, ya que pueden abarcar muchos públicos: universitarios, empleados de bancos, personas de 70 años y jóvenes que antes consumían Starbucks.
Conocer para entender
Con las catas y reuniones, lo que se pretende es “educar” a los consumidores en el arte del café, como se hace con el vino: “El café es más complejo que el vino, es más difícil que se conserve la calidad, porque pasa por más manos y más situaciones a lo largo del proceso, hasta que llega a la taza”, sostiene la directora del Centro de Estudios del Café.
Ambas resaltaron la idea de que detrás de todo el proceso cafetero, hay un punto de vista de compromiso social y sustentable. Utilizan cafés “de sombra”, ya que no se desmontan ni selvas ni bosques para sembrar, no se perjudica el medio ambiente y se reciclan aguas en los procesos.
En números, somos un mercado per cápita muy pequeño respecto a países del norte de Europa como Suecia, Noruega y Finlandia con 11 o 12 kg. por persona, por año. Italia y Estados Unidos consumen 5 o 6 kg per cápita y Argentina está llegando a 1 kg.
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