Acá te contamos algo de lo que fue la primera de las conferencias a cargo de Antoni Gutiérrez Rubí, asesor de comunicación y consultor político, fundador y director de Ideograma con sede central en Barcelona, que presta servicios de comunicación y asesoría en España y Latinoamérica.
Tras saludar a sus principales organizadores cordobeses, Gustavo Córdoba, y con un guiño para uno de ellos, Mario Riorda, el comunicador catalán enumera un conjunto de ideas o temas que tienen en común la maratón con la comunicación política. De esta manera, y mostrando experiencias y desempeños de algunos deportistas consagrados del mundo del “running, nos ilustra:
1) Preparación: La chispa y la creatividad son importantes, pero más importante es desarrollar la disciplina donde hay talento. Nada se consigue sin esfuerzo. Las campañas de comunicación exigen trabajo duro, disciplina lectora, disciplina académica y disciplina de conocimiento. La competencia es con otros, pero también con uno mismo.
2) Estudiar al adversario: Conocer y respetar al rival, porque si lo conoces bien, tienes más chances de ganarle en su territorio. Y aquí, la cita inevitable a Sun Tzu, en su libro El arte de la Guerra: “Si conoces al enemigo y te conoces a ti mismo, no temas el resultado de cien batallas; si te conoces a ti mismo, pero no conoces al enemigo, por cada batalla ganada perderás otra; si no conoces al enemigo ni a ti mismo, perderás cada batalla.”
3) No hay rivales pequeños: no hay que desestimar a nadie en una carrera. Cada líder político o candidato tiene algo para reivindicar con su talento, su origen y su estilo.
4) Estrategia: es la capacidad para salir bien o para recuperarnos si de entrada salimos mal. Saber adaptarse a las circunstancias con un enfoque estratégico en la competencia, donde se deben maximizar las fortalezas y minimizar las debilidades.
5) Creatividad: no siempre se gana, pero se puede hacer historia. Hay que estimular la creatividad y buscar permanentemente soluciones a los obstáculos que van apareciendo.
6) Imponderables: suceden cosas no previstas dado que no se puede controlar todo, es por ello que se debe tener una estrategia flexible que permita reacomodarnos.
7) Un tropiezo no es caída: cuando hay determinación y claridad en llegar a la meta, muchas veces son los electores quienes nos dan la fuerza para terminar la carrera.
8) No hay que celebrar antes de tiempo: hay que mantener la concentración hasta el final. La excitación te descentra y te puede hacer perder el eje.
9) Los últimos metros: las elecciones se ganan cada vez más cerca de la línea final; estudios demuestran que las personas terminan de decidir su voto entre 48 y 6 horas antes de la elección.
10) Una victoria puede ser una derrota: cuando se constituye como una “victoria pírrica”, es decir, que se consigue con muchas pérdidas en el bando aparentemente vencedor, tal victoria, puede terminar siendo desfavorable para dicho bando. Esta situación puede llevar a situaciones de gobernabilidad difíciles.
11) Y a veces, una derrota, puede ser una victoria: cuando hay un comportamiento leal y ciudadanamente maduro por parte de los perdedores, muchas veces esto le juega a favor en la imagen de los candidatos que le valen mayor reconocimiento de la sociedad y posibilidades de crecer en su imagen y seguir participando de futuras contiendas electorales.
12) Causas de fondo: muchas veces, las ideas de fondo son más importantes que las carreras, por lo cual no es tan importante ganar la carrera sino instalar la causa.
13) Espíritu: Hay que terminar la carrera aunque se llegue último y destruido, porque muchas veces eso nos hace ganar el respeto de nuestros adversarios, pero principalmente de los electores. Ganar no siempre es el premio, sino ganar en afecto y consideración de los votantes.
14) Fair play: aunque se pierda, y haya oportunidades de sacar ventajas ante descuidos del adversario, el juego limpio siempre es más valorado por todos los electores, que la trampa y el ventajismo.
15) Los símbolos: la utilización de ropa, calzado y accesorios que evidencien la empatía entre el candidato y la sociedad, es un guiño que nunca se les escapa a los electores.