Aunque Flybondi no fue notificada oficialmente sobre la medida, “expresa su más absoluto rechazo a esta decisión, cuyos argumentos son íntegramente impugnables y maliciosos; pero lo que es más grave aún, es que deja al descubierto el desmanejo regulatorio y la ausencia total de planificación y coordinación, generando dos claros damnificados: los pasajeros y los trabajadores”.
En un comunicado emitido el domingo, Flybondi hace un recuento de las contradicciones e improlijidades en la toma de decisiones sobre este tema y deja en claro: “Volar desde Ezeiza no es una opción comercial para Flybondi ni tampoco para nuestros pasajeros, y las autoridades de gobierno y de los organismos reguladores conocen esta realidad. Su decisión demuestra el poco respeto hacia los pasajeros que adquirieron tickets para volar desde El Palomar y que hasta último momento no saben desde dónde saldrá su vuelo, sumado a los miles de pasajeros que sólo pueden viajar en avión si lo hacen desde un aeropuerto al que pueden llegar en transporte público. También nos llama mucho la atención que en este contexto de complejidad económica y profunda crisis de la industria, se pongan en riesgo miles de puestos de trabajo", expresa Esteban Tossutti, presidente de la compañía.
Jetsmart reprograma pero acepta Ezeiza
Jetsmart, en tanto, tuvo que reprogramar sus vuelos previstos desde El Palomar y anunció que acepta volar frecuencias de cabotaje (ya hacía vuelos a Santiago de Chile) desde el Aeropuerto Internacional “Ministro Pistarini” de Ezeiza (EZE)”.
La intención de la empresa es retomar operaciones desde el 3 de noviembre a la espera que la decisión de no permitir vuelos desde El Palomar sea circunstancial.
De todas formas, Jetsmart tiene tres aviones (ploteados como Norwegian) en el Aeroparque Jorge Newbery y una controversia con ANAC para poder operar desde esa estación aérea cuando reabra sus operaciones (hoy está cerrada por obras) en diciembre próximo.