SANTIAGO SPALTRO
El Gobierno negocia que el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) financie con 450 millones de dólares la extensión de la vida útil de la central nuclear Atucha I, operada por Nucleoeléctrica Argentina (NASA).
Las tareas se iniciarán a fines de 2024 y se prolongarán por dos años hasta 2026, con la creación de 2000 puestos de trabajo directos e indirectos y la generación de oportunidades para proveedores nacionales calificados en construcción y fabricación de componentes, según informó el Gobierno.
Asimismo, el Plan Estratégico 2021-2030 aprobado por el directorio de Nasa establece inversiones por $ 2400 millones para la pileta de almacenamiento en seco de elementos combustibles quemados en Atucha I, una tarea que ya está completada en un 96%; más nuevos desembolsos por u$s 180 millones para el almacenamiento en seco de Atucha II.
No obstante, el gran proyecto de Nucleoeléctrica es la construcción de una cuarta central nuclear (la otra es la de Embalse, en Córdoba) financiada por China, con tecnología oriental. La inversión será de u$s 8300 millones y se espera tenerla lista para inicios de 2031 (ver nota aparte).
El Cronista participó de una recorrida por el complejo Atucha en las inmediaciones de la localidad bonaerense de Lima, en donde hay unos 3000 empleados en turnos rotativos.
CÓMO ES ATUCHA I
Atucha I se empezó a construir en 1968 y entró en operación comercial en 1974, hace ya 48 años. Hoy tiene una potencia instalada de 362 megavatios eléctricos (MWe).
Al igual que su "melliza" Atucha II (terminada en 2014 con 745 MWe), el reactor de tecnología alemana utiliza uranio levemente enriquecido como combustible y agua pesada (óxido de deuterio, D2O) como refrigerante.
Esta última central atraviesa un mantenimiento programado por 4 meses y medio desde el pasado 9 de marzo, por una falla en el diseño de los tubos guía Siemens, que no implicó riesgos a la seguridad.
La energía nuclear no libera dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera y es una fuente de energía segura y eficiente, remarcan los técnicos que lideran la visita a la planta. "Antes nos echaban de las COP -Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático-; ahora nos llaman", grafican.
Es que la crisis energética mundial se corresponde en buena parte por la decisión de algunas potencias económicas como Alemania de apagar sus centrales nucleares y depender de las importaciones de gas natural de Rusia o, en su defecto, del Gas Natural Licuado (GNL) que pueden proveer Estados Unidos y Qatar.
Nucleoeléctrica entrega la energía eléctrica a la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa) por un contrato de abastecimiento que le remunera 46 dólares por megavatio-hora (MWh), que le sirve para obtener una facturación de u$s 550 millones al año, balancear sus cuentas y no tener déficit operativo. El dinero que gira el Tesoro es exclusivamente para inversiones.
RESTAURACIÓN NUCLEAR
Los directivos del sector nuclear remarcan a cada paso la decisión del Poder Ejecutivo de poner en marcha una "restauración" del sector, después de años de lo que entienden que fue un "desmantelamiento programado" de la industria nuclear argentina, durante el gobierno de Mauricio Macri. Un detalle: Atucha II lleva el nombre del ex presidente Néstor Kirchner, que reactivó su construcción.
Un ejemplo que remarcan es el "vaciamiento" de la Planta Industrial de Agua Pesada (PIAP) de Arroyito, Neuquén. Ahora el refrigerante de los reactores se tiene que importar de Rumania a razón de 24 toneladas por año, con un costo de u$s 5 millones y sin generación de trabajo en el país.