La cuarentena que se implementó desde el 20 de marzo, en distintas versiones según ubicación y emergencia en el país, impactó de lleno en el comportamiento de los consumidores a la hora de pagar. No obstante, la caída de los ingresos y los planes de ayuda del Gobierno también tuvieron que ver en cómo se desenvolvieron los argentinos.
Lo más llamativo del efecto de la pandemia en el uso de los medios de pago es que las tarjetas de crédito perdieron terreno frente a las de débito.
Esta tendencia se desprende de los datos del Índice Prisma Medios de Pago, un índice que mide el uso que hacen los argentinos de las tarjetas de crédito, de débito y las prepagas. "Son datos del segundo trimestre, lo que permite medir tres meses de cuarentena frente a los mismo tres meses de 2019", aclaró el informe.
El estudio toma el total de las transacciones realizadas en ese período, y de la comparación resulta que las tarjetas de crédito, si bien mantienen el primer lugar entre los consumidores que la utilizan para pagar, pasaron de participar el 64,37% al 53,87% del total; mientras que el uso de las de débito creció de 35,04% a 41,74%, y las prepagas, que representaban el 0,5%, pasaron a ocupar un 4,39%.
En consecuencia, en el segundo trimestre, el uso de la tarjeta de crédito se desplomó más de 23% por la caída del consumo.
En tanto, las transacciones con los plásticos prepagos se dispararon más de 285%, "explicado, fundamentalmente, por la tarjeta Alimentar". En Prisma destacaron que este beneficio se convirtió en "una herramienta clave para la bancarización de los sectores más vulnerables de la población".
En cuanto a las tarjetas de débito, el incremento en su uso fue de 5,13%.
"Lo destacable del Índice Prisma es que va más allá de lo que se dice últimamente sobre el efecto de la pandemia: la bancarización. Un mayor acceso a instrumentos financieros no es lo mismo que el uso, teneruna tarjeta y no usarla no es bancarización. Y en este informe lo que vemos no es una encuesta en donde la gente responde si va a cambiar la forma en la que paga, sino que están los datos concretos de lo que pasó, de cómo se utilizaron distintos medios de pago", señaló Ignacio E. Carballo, Director del Ecosistema de Programas Fintech en la UCA.
Durante periodos de recesión la tarjeta de crédito funciona como alivio financiero, como instrumento indispensable para hacer pagos fraccionados de compras cuyos montos son superiores a los gastos habituales.
Por esto es que llama la atención que en la actualidad, en plena recesión y crisis económica, las tarjetas de crédito se utilicen menos. Son varias explicaciones: una menor emisión deliberada de plásticos de parte de los bancos, la disminución y saturación de los límites de compra, el tipo de productos y servicios que se demandan, los comercios donde se paga y la incertidumbre sobre los ingresos futuros.
Mariano Otálora, director de la Escuela Argentina de Finanzas Personales, opinó: "Hay un mix. Hay mucha gente con la tarjeta a tope. Además, los bancos bajaron los límites disponibles, algo que tuvo que ver con los planes de financiación, con tasas especiales, de los saldos que quedaron pendientes en abril".
En cuanto a las tarjetas de débito el Índice Prisma menciona que "del total de los consumos con dicha tarjeta, 57,1% fueron extraídos del cajero, 39,6% se utilizaron para comprar y 3,2% se retiraron en efectivo en los comercios habilitados.
Al respecto, Nicolás González, titular de titular de El ABC de tu Dinero y docente universitario, comentó: "¿Por qué la gente utilizaría débito? Por conducta austera. Muchas de las opciones que se ofrecen en pagos en cuotas están fuera del radar de los consumidores, no solo porque se abocan al consumo de productos esenciales, sino porque los ingresos futuros están en duda; es difícil pensar en pagar en varias cuotas si no está garantizado el ingreso".
Cabe recordar que las tarjetas de crédito son muy útiles para pagar pasajes, hoteles, electrodomésticos; simplemente, montos más grandes; de manera que como todas estas opciones están denegadas por la pandemia, el uso del plástico se reduce.
"La tarjeta de débito es un producto que históricamente crece en transacciones. Si bien en este contexto algunas personas priorizan el uso de la tarjeta de débito frente al efectivo y crece su participación en el e-commerce, la caída del consumo generada por el Covid hizo que se desacelere su crecimiento”, detalló detalló Julián Ballarino, gerente de Relaciones Institucionales de Prisma Medios de Pago.
El plan de Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), $ 10.000 que se otorgaron mes a mes desde abril a casi 9 millones de personas, hizo que aproximadamente la mitad de los beneficiarios accediera a una cuenta bancaria, y por lo tanto, utilizara la tarjeta de débito.
Otro programa del Gobierno, como la tarjeta Alimentar, también es responsable de la transformación que se viene en los plásticos recargables. "La tarjeta Alimentar rompe la barrera del uso de estos medios de pago. En concreto, quien aprendió cómo pagar con ellas, a futuro, si Mercado Pago o Uala, por ejemplo, les ofrece el mismo producto, esa persona no tendrá aversión a tomarla, porque ya conoce el mecanismo", subrayó Carballo.