El Gobierno postergará hasta julio el aumento de 11,8% del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL), que debía regir desde este sábado 1° de junio.
La decisión, por la que se busca evitar un alza de 1,5% en el valor de las naftas y el gasoil, se publicará este miércoles en el Boletín Oficial, según indicaron fuentes del Ministerio de Hacienda.
Tanto el ICL como el Impuesto al Dióxido de Carbono -CO2- (IDC) debían aumentar desde este sábado 11,8%, en línea con la inflación acumulada en el primer trimestre. Eso hubiera derivado en un alza de $ 1,04 por litro en las naftas y de $ 0,65 en el gasoil.
Con los precios actuales, sería un ajuste de 2,5% en la nafta súper. Como ahora se posterga un mes el incremento del ICL -no así el del IDC-, el aumento de los combustibles exclusivamente por esta razón será menor.
De todas formas, se espera que en los primeros días de junio las petroleras apliquen un aumento cercano al 3%, para empezar a recomponer sus ingresos. Según dijo semanas atrás el ejecutivo de una refinadora, que pidió no ser identificado, el atraso de precios de los combustibles alcanza hasta un 20% en algunos productos.
En la ecuación pesa el dólar, el valor del petróleo a nivel internacional y los biocombustibles. Hasta inicios de mayo, el tipo de cambio había tenido un salto de 19% en el año, mientras que los combustibles aumentaron 13%.
Con esta situación se da un escenario de que ante un dólar calmo y un petróleo en baja, como sucedió este mes, las petroleras tengan igual que aumentar sus precios.
Ante la cercanía de las elecciones, las empresas quieren recuperar el atraso en unos tres meses, aunque están atadas al papel que juegue YPF.
La petrolera estatal aduce que, de aplicar los aumentos que corresponden, profundizarían la caída del consumo de combustibles y, a la vez, perderían más ingresos de los que ya dejan de tener por la crisis y el menor poder adquisitivo de la población.
La postergacion del incremento del ICL se produce en momentos en que el Gobierno busca que la inflación marque una tendencia a la desaceleración, que sostienen se inició en mayo.
En marzo pasado, para amortiguar el impacto del aumento de los combustibles en el IPC, desde las oficinas oficiales se había desdoblado el incremento del ICL en dos meses.
El Ejecutivo tiene la potestad de bajar hasta un 10% el ICL si quisiera descomprimir presiones inflacionarias y hacer bajar el precio de los combustibles, una medida que luce extremadamente difícil en medio de la necesidad del Estado de recaudar más para achicar el déficit primario y llegar al equilibrio a fin de año.
"La medida se da en un contexto económico y político complejo; esta decisión ayuda a bajar el piso del aumento de junio", explicaron en el sector.