Ya con el acuerdo para reestructurar la deuda de u$s 65.000 millones prácticamente en la mano, ahora el Gobierno maneja los tiempos para terminar de cerrar las negociaciones con los acreedores.
El plazo que se pactó en la última prórroga vence hoy a las 17, y la idea es mover ese límite hacia fines de agosto. Mientras tanto, y ya con la cuestión económica prácticamente resuelta, ahora quedarán por resolver cuestiones legales que también están muy conversadas por las partes.
Además, se aprovechará ese período para continuar negociando con los bonistas que hoy tal vez no se encuentren tan convencidos de llegar a un entendimiento con el Gobierno argentino, con el objetivo de asegurar la mayor cantidad posible de adhesiones.
Esta será la quinta ampliación del plazo que dispone el Gobierno como parte de las negociaciones.
La seguidilla comenzó el 21 de abril, cuando la Argentina presentó oficialmente una oferta de canje por un valor de u$s 39 cada u$s 100 adeudados.
Del otro lado llegó una propuesta por parte de los bonistas -encabezados por BlackRock- con pretensiones muy diferentes a la opción oficial, ya que reclamaba u$s 75.
La última oferta del Gobierno se presentó el 5 de julio pasado y fue catalogada por el Gobierno como "la definitiva", ya que tanto el presidente, Alberto Fernández, como el ministro de Economía, Martín Guzmán, anticiparon que no estaban dispuestos a mejorar los valores ni las condiciones que se estaban ofreciendo allí.
Esta iniciativa fue presentada oportunamente ante la Security and Exchange Commission (la Comisión de Valores de los Estados Unidos)
A esta instancia se llegó, incluso luego de complejas negociaciones y como resultado de las consultas a los bonistas.
Allí se elevaba -si se la compara con la propuesta original- a u$s 53,5 la oferta de canje oficial, e incrementaba en cerca de u$s 15.000 millones los pagos para los bonistas hasta 2028.
Por su parte, la última propuesta conjunta de los acreedores tiene una paridad promedio cercana a los u$s 56,3.
El último fin de semana, en declaraciones al diario Página/12, Guzmán había advertido que "si no hay acuerdo sobre esta propuesta el camino es otro. En ese caso, lo que haríamos es retomar el programa con el Fondo Monetario Internacional, pero en las condiciones que necesitamos tener".
"De no mediar un acuerdo con los acreedores, la Argentina se mueva más hacia el acuerdo con el FMI y más adelante, dentro de seis u ocho meses aproximadamente, vuelva a hacer un replanteo con los sectores privados", precisó el ministro.