En materia inflacionaria, todos los esfuerzos del Gobierno están centrados en lograr que los precios de los alimentos y bebidas frenen su escalada. Éste es hoy el principal objetivo para consolidar lo que en despachos oficiales ya consideran un proceso consistente de desaceleración de la inflación que, sin embargo, es acompañada parcialmente por los analistas privados.
En enero el índice de precios al consumidor terminó en 2,3% pero con un avance del 4,7% en alimentos y bebidas no alcohólicas. También es cierto que a comienzos del mes hubo un traslado del IVA a los precios de una canasta de 13 productos, que no tributaban.
Para este mes se estima que la inflación podría orillar el 2%, aunque hay dudas sobre lo que podría ocurrir en marzo.
Un informe de Ecolatina explica que en un escenario de menor inflación en enero "un hecho significativo es que la inflación en alimentos no cede". Si bien admite el efecto que tuvo el IVA en enero, Ecolatina aclara que "el aumento de los alimentos duplicaría el del nivel general (8% vs 4,5%, según nuestras estimaciones preliminares)" en los primeros dos meses del año.
El programa Precios Cuidados, con primeras marcas, sin dudas hace su parte y el monitoreo de la Secretaría de Comercio Interior es un dique de contención para las remarcaciones. Sin embargo, la batalla no está ganada.
La consultora Seido estima que en la tercera semana de febrero la inflación llegó a 0,5% en relación a la semana precedente, lo que supone una desaceleración de la inflación mensual de 2,4 a 2,1% en las últimas dos semanas.