MATÍAS BONELLI Y LARA LÓPEZ CALVO
El Gobierno decidió también apretar la canilla de las exportaciones de maíz. Mientras el campo espera que se reglamente la medida que permitirá la ampliación de las ventas al exterior de carne, ahora Agricultura determinó que para que sea aprobada su comercialización, deben cumplir algunos requisitos.
De acuerdo con lo que explicaron a El Cronista fuentes oficiales, a fines de septiembre pasado ya había registradas 38,5 millones de toneladas para ser exportadas, equivalentes al saldo exportador de este año.
Este movimiento, según las fuentes consultadas, estuvo relacionado con los rumores que indicaban que el Gobierno tendría todo listo para subir las retenciones al maíz, lo que generó una mayor apuro de los productores para vender.
Así, a partir de ahora, los exportadores deberán presentar las declaraciones juradas de exportación de la cosecha de maíz 2020/2021, para que luego Agricultura pueda comprobar que esas compras realmente se encuentran ya en los barcos y tienen una fecha estimada de llegada a destino.
Siempre de acuerdo con la visión oficial, esto no implica un cierre exportador, sino que se comenzarán a exigir algunas cuestiones burocráticas, algo que sin dudas cambiará el ritmo de las ventas externas.
Además, el Gobierno apunta que esto también comienza a tener un efecto negativo sobre el abastecimiento local de maíz, ya que "resulta un insumo indispensable para muchos sectores, y hoy nos encontramos al límite de el normal aprovisionamiento".
En este sentido, Agricultura entiende que con la medida adoptada ahora se podrá dar mayor previsibilidad en ese sentido, y que el nivel de exportación se mantendrá equilibrado respecto de las necesidades internas, debido a que se empalmará con la próxima cosecha.
De acuerdo con las previsiones del sector, la nueva reglamentación pondrá en juego cerca de siete millones de toneladas, que son las que esperaban ser exportadas, y que ahora quedarán a la espera de la autorización oficial.
Las fuentes oficiales, además, sostuvieron que no se avanzará sobre el mercado exportador de maíz, es decir que no se profundizará el cepo. "Hoy hay exportaciones y las seguirá habiendo. No se piensa en un cierre. Solo estamos intentando ordenar lo que se desordenó. Es solo solicitar más información; nadie está prohibiendo nada", afirmaron en Agricultura.
El temor del campo es que se comiencen a afectar los buenos números que venía marcando el segmento del maíz. Este año está previsto que se superen las siete millones de hectáreas, en tanto que la cadena del maíz aportará al Producto Bruto Agrícola un 40,9% de los u$s 42.030 millones previstos para la campaña 2021/2022.
Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), apuntó: "Seguir interviniendo y burocratizando los mercados es una pésima señal que trae desconfianza en los productores. Ya lo vivimos desde abril con la carne y ahora con el maíz", y agregó: "Nuestro país necesita que todos podamos trabajar libremente, para producir sabiendo que vamos a poder vender".
El presidente de la Federación Agraria, Carlos Achetoni explicó a El Cronista: "aunque no sea un cierre de exportaciones, es un aumento de regulaciones que limita las exportaciones por lo que tendrá un impacto negativo".
Por su parte, Carlos Iannizzotto, de Coninagro dijo que es una medida "inaceptable" porque "el Gobierno de forma unilateral hace intervencionismo sin analizar los perjuicios que genera en el sector productivo. Seguramente van a ocasionar un daño porque distorsionan los precios del mercado y crean imprevisibilidad".