A menudo las empresas familiares enfrentan conflictos particulares, debido, en parte, a la combinación entre las relaciones familiares y comerciales. Pese a ello, hay numerosos casos de éxito, como Ford o Walmart, solo por mencionar algunos. En ambas firmas todavía las familias controlan gran parte de las acciones de esas empresas.
Para abordar los conflictos que suelen surgir, existen distintas técnicas. Paula Monte, de la consultora empresarial PM, nos deja algunas recomendaciones.
Primero, dice Monte, hay que definir qué es una empresa familiar. “Es una organización comercial o corporativa donde las decisiones están controladas por un grupo familiar, lo que las distingue de otros tipos de empresas”, señala.
Y añade que sus miembros suelen vincularse con la firma de distintas maneras. Monte dice que, en ocasiones, ocupan más de un rol. Como cuando además de formar parte de la empresa por ser de la familia, también son propietarios del capital. “De acuerdo a esto será la visión que tenga de la empresa”, dice.
Ventajas y desventajas de las empresas familiares
Monte, que desde hace varios años asesora y acompaña a muchas empresas familiares menciona que, entre las desventajas, notan que la relación entre sus miembros suele ser conflictiva.
“Dada la cantidad de roles que sus miembros ocupan a veces la convivencia dentro de la empresa no es la mejor. Muchas veces no llaman para no terminar peleándose”, dice. Y añade: “Cada uno va haciendo lo que puede. La división de las tareas suele ser confusa”.
Y suma también que suelen darse algunas tensiones financieras, dado que se mezcla la economía familiar con la empresarial.
Pero, por supuesto, también hay aspectos positivos. Entre ellos la CEO de PM destaca la cultura organizacional (anclada en los valores de esa familia), el vínculo de afecto y comprensión entre sus miembros (que mal entendido también puede ser un aspecto negativo), el conocimiento y formación transmitido de generación en generación y un fuerte sentido de pertenencia, en el que todos se sienten dueños.
“La confidencialidad y la visión de largo plazo también son parte de sus fortalezas”, explica Monte.
Protocolo familiar, para evitar conflictos
Paula Monte dice que una buena herramienta para evitar, o al menos minimizar los conflictos, puede ser el uso del protocolo familiar.
Se trata de un conjunto de normas y pautas que regulan las relaciones, las responsabilidades y las decisiones dentro de la empresa.
“Es una herramienta que permite a una empresa familiar profesionalizarse, a través de la instrumentalización de acuerdos, siempre de manera voluntaria”, señala Monte.
Según apunta, sirve básicamente para evitar problemas. Y recomienda, en el caso de no tener uno, desarrollarlo cuanto antes, especialmente cuando en la empresa ya hay al menos dos generaciones.
“Hacerlo implica un proceso a veces de varios meses. No hay que apurarse. Se necesita mucho diálogo y busca de consensos para finalmente llegar a algunos acuerdos”, explica. Es que durante su confección se abordan temas sensibles vinculados con el dinero, el poder y los roles dentro de la organización.
Dado que se trata de un instrumento flexible, señala que pueden existir tantos protocolos familiares como empresas. Y dice que pueden ir modificándose con el tiempo. “No existe una figura estandarizada del protocolo familiar. Cuando se alcanzan los acuerdos, se redactan y se firma por todos los integrantes”, cierra.