Los factores que llevaron a este rally de verano fueron varios, entre los que se destacan un escenario internacional más tranquilo, con EE UU y China negociando nuevos acuerdos comerciales y una FED mucho más dovish, es decir, con menores chances de suba de tasas, lo que da un respiro para los países emergentes.
A nivel local, el escenario de “verano financiero” también ayudó, junto con una buena performance de nuestro aliado Brasil.
En el corto plazo, de darse un panorama internacional de tranquilidad, el índice accionario tiene como objetivo los 38.000 puntos, aunque vale aclarar que el índice medido en dólares, todavía se encuentra por debajo de los 1.000 puntos, muy lejos de sus máximos históricos alcanzados en 2018. De alcanzar el objetivo planteado, habilitaría como segundo objetivo los 41.000 puntos.
La volatilidad seguirá siendo alta y el riesgo a un recorte inminente sigue latente a pesar de la mejora internacional, alimentado también por un posible conflicto bélico en Venezuela.
Seguimos recomendando la compra de acciones como YPF, GGAL, PAMP, APBR, TXAR y BMA, a la espera del ingreso al índice de emergentes, a partir del mes de mayo.
Para aquellos inversores más conservadores, recomendamos la cobertura con el índice ROFEX20.