De buena madera

En un sector sin marcas relevantes, Fontenla es el nombre detrás de los muebles del Faena, Alvear Palace, varios Sheraton, Four Seasons, Llao Llao, por sólo mencionar sus clientes del rubro hotelería.
Roberto Fontenla resume tanto posicionamiento y tanto tiempo en el mercado en una frase que celebra entre risas: “no le decimos que no a ningún trabajo”.
Con sucursales en varios puntos de Buenos Aires (además de Punta del Este y Bahía Blanca), la empresa ultima ahora el desarrollo de Fontenla Casa, en la autopista a La Plata.
Con muchas crisis atravesadas, Roberto M. Fontenla, reconoce que la industria no pasa por un buen momento, pero también se esperanza con un cambio de aires y expectativas de cara a la renovación presidencial. Un mano a mano con IN Semanal con el hombre que desarrolló su propia marca en muebles.
 

En el mercado del mueble, Fontenla es una de las pocas marcas que se desarrolló en distintas líneas.
El Faena, el Alvear, varios Sheraton, el Four Seasons y hasta el Llao Llao están equipados con muebles Fontenla.
Sólo en materia de sillas, tenemos unas 1.400 plantillas de modelos distintos. Y cada año sumamos más.

Como presidente de la Cámara de la Madera, ¿cómo anda el sector?
Nos fue como a muchos: crecimiento en una primera etapa de este modelo, luego vino una meseta y ahora estamos entrando en una crisis importante. Dentro del sector podríamos diferenciar a quienes se dedican más a proveer la industria de la construcción, que están peor, y los más volcados a los muebles, que tenemos algo más de defensa.

- ¿Por qué sucede esto?
Es un reflejo del ciclo económico, pero además no hacemos bienes de primera necesidad y no estamos en los rubros habituales de compra de la gente. Por ahí muchas familias luchan por tener un auto nuevo y no prestan tanta atención a lo que viven dentro de su casa. No sabés lo que nos molesta ver gente en coches de alta gama y que en su casa tengan un sillón todo roto (risas).

- Hay pocas marcas en la industria del mueble, ¿verdad?
Es así, hay muchos pequeños fabricantes y pocos desarrollos de marca. Somos un país raro en eso, porque en otros lados hay marcas referentes. Aquí pasó que tampoco hubo muchas apuestas al diseño con estructura industrial. Se da mucho el carpintero que creció y terminó siendo un empresario de la madera, pero no sumó diseño. La verdad es que hay mucha copia y muchos están atareados en el día a día de una pyme. Es una industria llena de pequeñas pymes donde -además- hay cada vez menos fabricantes y más revendedores o comerciantes de muebles.

- ¿Qué pasa que nadie quiere fabricar?
La problemática de la industria es alta: leyes laborales, gente con poca cultura del trabajo que hay que formar… no es fácil. Con nosotros trabajan cuatro o cinco ex-dueños de talleres que tenían a su cargo 15 ó 20 empleados y que se cansaron de renegar con la problemática del sector.

- ¿Qué diferencia a Fontenla?
Es una combinación: fuimos muy conservadores y al mismo tiempo estamos “enfermos” de trabajo. Yo creo mucho en el diseño y eso nos fue diferenciando, mientras lo acompañamos con la seriedad de la empresa y la atención a los clientes.

- ¿Cómo dividirías tu línea de productos?
Tenemos muchas colecciones. Crecimos con los muebles clásicos (Luis XV, Luis XVI, mueble inglés) pero hace unos 15 años incorporamos diseños nuevos a partir de mis viajes a exposiciones como la de Milán. Así nos fuimos metiendo, poco a poco, en diversas colecciones que siguen determinadas tendencias. Por suerte -y gracias a la decoración- las líneas se pueden mezclar (risas).

- ¿Cómo es tu canal comercial?
Tenemos nuestros espacios propios aquí en Buenos Aires (incluyendo Fontenla Design Mall) y en esta zona también tenemos nuestras unidades de producción y terminación. En el interior tenemos menos presencia: antes le vendíamos mucho al mueblero, pero con las crisis del país fuimos teniendo problemas con estos revendedores. Sólo tenemos local propio en Bahía Blanca.

- ¿Tienen un canal web?
Sí, tenemos muchas ventas por Internet y también muchas decoraciones importantes a las que viaja nuestra gente desde aquí, para asesorar en obra.

- ¿Cuántos tipos de productos tienen?
Uf… hay tanta variedad…

- ¿500?
Más… mirá: en plantillas de silletería íbamos por las 1.400… es infernal. Tenemos un gran depósito donde están todas las plantillas y es sorprendente.

- ¿Pueden proyectar una producción anual?
Es muy difícil… más bien vamos a lo que nos demanda el mercado. Tenemos 8.000 m2 de exhibición con muchos productos y por ahí pensamos que algún modelo no lo vamos a hacer más y viene alguien y lo pide. Trabajamos mucho con hoteles y obras grandes, y eso también es difícil de planificar.

- En hoteles veo que han hecho casi todos los grandes... ¿tienen competencia?
Tenemos competencia pequeña, pero sí mucha competencia desleal donde un estudio de diseño terceriza en talleres no muy formales…

- Si tuvieras que resumir en una clave tu éxito y permanencia en el mercado, ¿cuál sería?
No le decimos no a nada (risas)... Pero es verdad: prefiero estar con mucho trabajo, desbordado y no preocupado por mantener esta estructura de 220 personas.

- ¿Qué viene en el futuro?
Me encantan los proyectos…no paro. Ahora estamos metidos en un baile bárbaro: Fontenla Casa, en la autopista Buenos Aires - La Plata. Ahí estamos terminando un espacio de 10.000 m2 que vamos a compartir incluso con otros fabricantes y proveedores de nuestro rubro. Ya hay algo funcionando, pero vamos a tener todo listo para fin de año.

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