¿En qué está hoy La Anónima? ¿Cuál es el foco de negocios?
La estrategia de La Anónima es ser líder en pequeñas y medianas ciudades del interior, preferentemente en la Patagonia; esto no implica no incorporar nuevos negocios vinculados a nuestra empresa, como la tarjeta La Anónima (en sociedad con Banco Galicia) o el desarrollo de La Anónima online.
- Me recordás la red y presencia de La Anónima...
Estamos en 80 ciudades distintas con 159 sucursales, con 10 centros de distribución regionales, y una base de transferencia en Buenos Aires. Hoy somos la cuarta cadena de supermercados en todo lo que es consumo masivo, con el 11% de participación de mercados de los supermercados.
- ¿Hasta que parte de las latitudes del país están ascendiendo y hasta dónde quieren ir?
Queremos ir, y estamos, a lugares como Goya, que está en el extremo norte del país, y al mismo tiempo estamos en Ushuaia. La ambición y el apetito nuestro es estar en todo el interior. En principio no es nuestro objetivo estar en las grandes ciudades.
- ¿Cuál es el límite de una ciudad en donde decidís si o no estar?
Hoy en la ciudad más grande que estamos es en Neuquén, que tiene 300.000 habitantes. No tenemos un límite estricto, pero sí una definición: no podemos ir a una ciudad sino tenemos algo que nos pueda distinguir.
- ¿Y cuáles son los factores diferenciales que tiene La Anónima desde tu punto de vista?
Nuestra misión es superar las expectativas de nuestros clientes: calidad, surtido y servicio al mejor precio posible. No es una promesa de precios, sino que es una promesa de valor. Entonces en lugares como Buenos Aires cometimos el error de ir y nos fue muy difícil porque no teníamos ninguna de las competencias que tienen los grandes actores, y teníamos al mismo tiempo la competencia de los supermercados pequeños chinos.
- ¿Cómo es el momento de la industria del supermercadismo en general? CCR y Kantar Worldpannel hablan de una retracción del consumo que ronda el 3%...
Eso es la realidad, y justamente estuvimos estos días haciendo una convención con todos los gerentes zonales y regionales de La Anónima y lo invitamos a Guillermo Oliveto (Consultora W). Lo que estamos viendo -al igual que él- es que esto se va a recuperar en el segundo semestre. Es decir, el -3 en promedio que tenemos respecto del año pasado, sería neutro al final del año.
- ¿El consumidor está haciendo compras más chicas y recurrentes?
Hay un tema que es estructural: la gente está migrando del hipermercado a medianas y pequeñas superficies. Esto es porque cada vez pesa más la cercanía en familias de menor tamaño y eso tiene valor. Esto es un fenómeno que ya hace tiempo que alguno vio y anunció la defunción del hipermercado. Esto es estructural, se da en todo el mundo y tiene mucho que ver con temas demográficos (tamaño de la familia, nivel socioeconómico, etc.). Sobre esa tendencia estructural, el tema coyuntural es que al consumidor el incremento de las tarifas le pega directamente a su bolsillo, entonces esa parte del sueldo se le va y está mucho más enfocado a comprar por precio. Se va viendo ese traslado de las primeras marcas a marcas como la que nosotros tenemos.
- ¿Uds. trabajan mucho marcas propias?
Sí, La Anónima está funcionando muy bien en eso, pero desgraciadamente en Argentina el desarrollo de las marcas propias no fue muy grande porque en una economía de demanda y había poca inversión por el lado de los productores; no hay mucho espacio disponible para desarrollar marcas propias. En otros mercados hay estructuras industriales directamente pensadas para ofrecer marcas a los supermercados. Eso en Argentina todavía no existe.
- ¿En qué rubro son más fuertes con su marca propia?
Nosotros empezamos hace ya muchos años, hacia la década del 90, con productos frescos. El primero de todos fue el dulce de leche, y empezamos con el concepto de tener una marca de calidad nacional y otra marca de primer precio, que es la más barata de la categoría, con una calidad razonable.
- ¿Por qué nunca se vendió La Anónima y tantas veces se habló de que se vendía?
Yo creo que son dos factores: uno es que hay algo del corazón. Cuando uno ha logrado -como en mi caso- 38 años de construir algo y la pasa muy bien desarrollando… hay algo del corazón puesto ahí. La empresa para mí tiene mucho futuro. Y la otra es en el campo de la razón: yo creo que si uno mira a largo plazo con todos los vaivenes que tiene Argentina, ha sido un buen negocio no venderla. Entonces, junto las dos cosas y digo “¿Para qué voy a venderla?”.
- ¿Hay sucesión en La Anónima?
Hay sucesión, hemos hecho un trabajo con una consultora para eso. Yo creo mucho en el valor de las empresas familiares cuando hay una filosofía detrás orientada al largo plazo. Está demostrado que las empresas familiares en los momentos malos se acomodan mejor a la situación. En ese trabajo, y en la sucesión natural, va a ser mi hijo que ya tiene 15 años de compañía, con 43 años y aptitudes y conocimientos necesarios. El único problema que tiene es que yo no me quiero ir (risas).
- Mito y realidad del comercio electrónico: ¿dónde está hoy y donde lo ves en los próximos 5 años?
Yo creo que el negocio físico no se va a acabar, por lo menos en la actividad del retail. Es difícil imaginar que se vaya a acabar el negocio de ventas de frutas y verduras, por más que Amazon lo haya planteado. Yo creo que ni el retail tradicional le van a ganar a la web, ni la web le va a ganar al retail. Va a haber online y offline y por eso lanzamos La Anónima online.
- Para el segundo semestre, ¿ya tenés aperturas previstas?
Nosotros estamos mirando a todo el país. Yo creo que el país necesita que se abran las inversiones. Tenemos 9 sucursales, que están o ya construyéndose o por construirse, y por otro lado una ampliación del frigorífico Pampa Natural, que es otra actividad con la que estamos muy satisfechos. Vamos a duplicar la producción de frigoríficos que tenemos en La Pampa.
- ¿Cuál es la facturación de La Anónima conforme lo que informan a Bolsa?
En los últimos meses estamos facturando en el orden los $ 2.000 millones por mes, así que deberíamos acabar en unos $ 24.000 millones.