Energías: el futuro estaba en Jujuy hace rato

Los análisis más recientes acompañan el camino indicado por las metas del número 7 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) adoptados por países miembros de la ONU en 2015. Jujuy, con su apuesta a la generación fotovoltaica y al equipamiento que funciona a energía solar, sumada a la extracción y las pretensiones de agregar valor al litio, parece estar en sintonía con la producción energética que se proyecta a 2050, para cuando –si se da la producción de baterías requerida- el mundo obtendría la mitad de la electricidad de energía eólica y solar.

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El ODS 7 es el de “Energía asequible y no contaminante”, e implica el trabajo por garantizar el acceso a una energía alcanzable, segura, sostenible y moderna para todos. Para eso se busca aumentar la proporción de energía renovable entre las fuentes energéticas, y también duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética. Los planes, acordados en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tienen en cuenta la cooperación internacional para la investigación para la tecnología relativa a la energía limpia y ampliar la infraestructura referida a eficiencia energética en los países en desarrollo.

Los ODS están planteados para 2030, y casi todo evidencia que el “para todos” todavía está  más lejos aún. Sobre todo en estas latitudes. Pero el camino se está transitando.

Proveedores de investigación en energía limpia informan que para mediados de siglo el uso de carbón para la generación de electricidad se reducirá del 38% al 11% en el mundo debido a que los costos comparativos se desplazan marcadamente a favor de la energía eólica, solar y de las baterías.

Bloomberg New Energy Finance (BNEF) es uno de los referentes actuales en datos e investigación sobre tendencias y tecnologías de la industria. Su jefa de Economía Energética, Elena Giannakopoulou, expresó en la presentación de un informe que “el carbón emerge como el mayor perdedor a largo plazo. Al ser vencido por el costo de la energía eólica y fotovoltaica para la generación de electricidad a granel, y las baterías y el gas por su flexibilidad, el futuro sistema eléctrico se reorganizará en torno a las energías renovables más baratas: por lo tanto, el carbón será presionado hacia un menor uso”.

La mayoría de los informes estiman que la energía eólica y solar están en camino de representar el 50% de la generación mundial de electricidad en el año 2050, debido a las reducciones de los costos y la llegada de baterías más baratas para almacenar y descargar electricidad.

Lamentablemente, aún con las billonarias inversiones en el mundo y las políticas de cada vez más Estados por las energías limpias y la eficiencia energética, todo indica que la electricidad no cumplirá su parte del esfuerzo para mantener los niveles mundiales óptimos considerados por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (dióxido de carbono por debajo de las 450 partes por millón). Pero, han expresado ya especialistas, esto no se dará hasta la clausura de las plantas de carbón de todo el mundo, sumado al uso de gas con tecnología de captura de carbono.

Hay datos alentadores para una provincia que está invirtiendo en la generación fotovoltaica de energía para un cambio en su matriz productiva. La proyección de las tasas de penetración o alcances de las energías renovables en mercados como Europa (87% del suministro total para 2050), Estados Unidos (55%), China (62%) o India (75%) marcan tendencia, aún la diferencia de ser potencias mundiales.

Otros datos refieren al impacto de la electrificación del transporte. Se estima que los automóviles y autobuses eléctricos utilizarán 3,461TWh de energía a nivel mundial en 2050, lo que equivale al 9% de la demanda total. Los mismos estudios (generados desde BNEF) predicen que los vehículos eléctricos representarían el 28% de las ventas mundiales de automóviles nuevos para 2030 y el 55% para 2040, mientras que se espera que los colectivos eléctricos dominen su mercado alcanzando el 84% de participación global para 2030.

Íntimamente relacionado, y así como el pensamiento va hacia Cauchari cuando se habla de energías renovables en esta provincia, también se va hacia el salar puneño cuando se piensa en baterías y, por ende, en litio. Y habrá de esperarse siempre que las tendencias mundiales prendan en Jujuy con impacto de sustentabilidad para el territorio.

Asesores mundiales de inversiones en el sector energético han expresado que el litio podría convertirse en un “salvavidas” para las grandes petroleras a medida que el sector energético se desplaza hacia alternativas que contaminan menos que los combustibles fósiles.

BNEF estima que la demanda del mineral aumente 38 veces para 2030 a 7.845 toneladas métricas al año, desde las 200 toneladas métricas en 2016. E indica que las grandes compañías de petróleo tienen el capital para desplegar y experiencia en el desarrollo de grandes proyectos, lo que podría ayudar a expandir la industria del litio.

Queda esperar que el camino jujeño por las energías renovables y la eficiencia energética tengan en cuenta el agregado de valor para los recursos y fuentes con los que cuenta la provincia en un sentido de desarrollo local. Y que, como proyecta y expresa el Gobierno en relación a la planta solar en Cauchari sobre beneficiar a las comunidades lindantes al proyecto –la mayoría con necesidades básicas insatisfechas-, también la extracción del litio devenga beneficios para los inversores y también para la mayor cantidad de ciudadanía posible, con promoción y trabajo real para proveedores e innovadores locales.

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