La Subocupación se define como personas que están empleadas pero trabajando menos de 35 horas a la semana y que estarían dispuestas a trabajar más. La diferencia entre demandantes y no demandantes es que los primeros están activamente buscando trabajo mientras que los segundos por algún motivo no lo hacen (quizás están esperando alguna oferta en sus actuales trabajos o bien están desalentados porque saben cómo está el mercado no van a conseguir nada)
De los últimos números presentados, se puede ver que el nivel de empleo si se está viendo afectado por el nivel de actividad, esto es, menos gente saliendo a buscar trabajo y por lo tanto, repercute en la definición de la tasa de desempleo, por eso Resistencia tiene desempleo “0”.
“Que la tasa de subocupación haya pegado ese salto indica que existe una precarización importante del trabajo. Mucha gente que está trabajando, trabaja menos de lo que quiere trabajar , poco nivel de horas y seguramente, salarios bajos. Es muy probable que estemos hablando de empleos no registrados y que si necesitan trabajar para contar con algún ingreso por más bajo que sea. Esto es los que trabajan son menos y cada vez más son los que trabajan menos horas de las que desearían trabajar en empleos de baja calificación”, explica Alejandra Torres, desde Idesa.
De acuerdo a los datos que se muestran en el cuadro, la Subocupación demandante creció 20% (esto significa que hay más gente que quiere y buscar trabajar más) y también creció la subocupación no demandante (esto significa que más gente quiere trabajar más horas pero esta desalentada en salir a buscar nuevo empleo porque observa que el mercado no ofrece mayores posibilidades). “Esto es muy malo porque son evidencias que el mercado laboral está mostrando signos negativos en términos de empleabilidad”, concluye Torres.
