Cuando conocí a Arturo en la nota que realizamos en su agencia, un detalle que encontré en su oficina llamó mucho mi atención; un portarretratos con dos agujas de crochet con un pequeño tejido, pegado sobre el papel que lo sostenía y una leyenda que decía, “Master en Crochet”; cuando le consulté qué era ese llamativo “premio” me explicó que era un regalo de su amigo David Ruda (fundador de Tarjeta Naranja) “por su capacidad para tejer relaciones”.
Sin dudas Ruda no se equivocó, porque todos los testimonios que compilamos lo describen como una persona de códigos, respetuoso del otro en todo sentido y más aún en la competencia. Yo solamente pude entrevistarlo en esa oportunidad, sin dudas me quedé con ganas de poder aprender más de él, tanto como lo hizo el equipo de Rombo Velox que le dedicó estas palabras:
“No podemos darle ni un cachito así de espacio al dolor. Al contrario, tenemos que festejar la alegría de haberlo conocido. De haber compartido un minuto o un siglo con él. De haber aprendido todo sobre la actividad más hermosa y más ingrata. De haber charlado sobre la vida sabiendo que estábamos frente a un maestro. De haber comprendido el valor del trabajo y el compromiso, con solo mirar cómo lo hacía. De haber integrado un grupo humano que podía superar barreras inimaginables, porque teníamos al líder más grande del universo. De habernos contagiado con su magia, con su seductor encanto, con su estilo amplio y abierto. De haber reído con sus agudas ocurrencias. De haber gozado su afecto, manifestado en pequeños gestos y actitudes. No, no podemos permitir que el dolor nos gane esta partida. Somos los continuadores de su obra, los validadores de su conducta y los responsables de un futuro sin fronteras. Así nos lo enseñó Arturo. Y, por el honor de su memoria, no lo defraudaremos”.
El testimonio de algunos de sus colegas
Néstor García Díaz, presidente de Oxford: “Ha sido compañero de ruta, colega durante 50 años y hemos recorrido un larguísimo camino en publicidad y lo que caracterizó nuestra relación -que no solamente era de afecto, sino además de colegas- fue un marco de caballerosidad y lealtad, sin jamás haber tenido ni un roce. Tarrés fue un empresario ejemplar, el más trabajador de los publicitarios que he conocido y siento gran tristeza porque es el último colega de mi generación que me acompañaba”.
Marcelo Maurizio, director de Mate: “Arturo fue un gran profesional, incansable, un hombre que abrió el mercado y un firme creyente del trabajo y de las empresas. Un ejemplo de carisma y disciplina, ¡como ya no hay! Arturo nuestro enorme abrazo de todo el equipo. Abrazos del alma a vos, te vamos a extrañar, vamos a extrañar a esa gran persona, vamos a extrañar a alguien que representaba códigos. ¡Hasta siempre! Gracias por todo lo que has hecho por la industria”.
Guillermo Leal, director de Asistencia Creativa: "Se fue Arturo Tarrés. Lo conocí en los 90 cuando me abrió las puertas de Rombo. Allí trabajé durante 6 años aprendiendo de un gran grupo de profesionales que había aglutinado. Un verdadero "Rey"; los valores intactos, justo, mesurado, profesional, comprometido, apasionado. No tengo más que palabras de agradecimiento y admiración. Buen viaje, maestro".
Ricardo Puente, director de Brief: “En 1999 tuve mi primer contacto con Arturo. En realidad con su legado, con Rombo. Yo iniciaba en Tarjeta Naranja y él dirigía Rombo, tras la mística de Arturo Tarrés -entrar a Rombo y ver como trabajaban fue espectacular- me impactó. Arturo ya era un prócer de la publicidad y ¡todos hablaban de él! Los años pasaron y nos conocimos. En reuniones de colegas conversábamos para analizar hacia donde íbamos, siempre dirigiéndose con respeto y claridad. Incluso en las diferencias (creo que en las diferencias es cuando mostraba el mayor respeto. Y quiero quedarme con esta palabra: Respeto -por el otro y por las ideas- en definitiva, por las diferencias. Por nuestra querida profesión… ¡que lindo es recordar una persona con esta palabra!”.
Gaspar Petrini, director Asociado de Brokers y director académico de GO! Escuela de Publicidad: “Si algo intentamos dejar en las aulas es la pasión por la publicidad, por el profesionalismo y por las ideas. El rey Arturo, una de las inspiraciones que tuvimos al momento de crear la escuela, falleció y recordamos unos de los últimos encuentros y charlas de pasillo que tuvimos con él en Rombo Velox: ¿Y cómo va la escuela? avísenme cualquier cosa’. Así de generoso, cuando ya -con su ejemplo- nos había dado tanto”.
Franco Berardo, director de Hellobrand: “Arturo será siempre el maestro de varias generaciones. Maestro, no solo de este oficio que es la publicidad sino también de lo que significa el esfuerzo y la pasión por lo que uno hace. Un pionero, un rupturista, un hacedor por naturaleza y hasta un padre para muchos de los que trabajamos con él. Así lo siento y lo sentiré siempre. Se va a extrañar a este grande, pero seguirá siempre presente porque nos dejó una huella imborrable a quienes tuvimos la posibilidad y el privilegio de tenerlo cerca”.