En una piscina con desborde infinito, el agua cae por uno o dos de los márgenes a un canal de recuperación, desde el cual retorna a la piscina luego de pasar por el equipo de filtrado. Estructuralmente, el canal debe tener las dimensiones necesarias para contener el agua que desborda, y eso dependerá casi exclusivamente de la superficie de la piscina.
En una ecuación simple, para calcular el volumen del canal hay que tener en cuenta que va a recibir el 8% del agua que surge de multiplicar la superficie del pelo de agua por uno.
Supongamos, en una piscina de 4m x 8m el canal deberá tener una capacidad de 2.560 litros, o sea, 4x8=32m3; 32000litros x 8%=2.560 litros.
En caso de no disponer de un canal con las medidas necesarias, es conveniente disponer de una cisterna para reponer el agua que se pierde con el desborde.
Este recurso generalmente se plantea en un extremo de la piscina - el opuesto, según las visuales desde la casa- y el agua cae a un nivel del terreno más bajo, simulando perderse en el paisaje. Si bien es muy utilizado para aportar distinción, implica por otro lado, un costo adicional aproximadamente de un 30% más. En el caso del desborde infinito para una pileta de 4x8, puede estimarse en $14.000, según el diseño.
Al infinito y más allá
(Por Sara Bongiovanni) Uno de los recursos utilizados para distinguir las piscinas es el desborde infinito, especialmente indicado en terrenos con desniveles. El agua sobrepasa por uno o dos lados simulando caer indefinidamente.
Técnicamente se trata de un canal de recuperación –la dimensión depende de la de la piscina- que recibe el agua para retornarla al circuito.
El resultado es un efecto lúdico, desdibuja los límites que se diluyen en el paisaje y de ahí en más, el juego es perenne.