La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, acompañando el lugar que tienen las economías regionales para el desarrollo de nuestro país, refuerza con políticas específicas las actividades agrícolas y agroindustriales propias de cada una de las regiones de Argentina, estimulando el arraigo, el dinamismo productivo, las exportaciones y el empleo.
El objetivo trazado por el ministro de Economía, Sergio Massa, es potenciar las políticas públicas que fomentan la contratación de trabajadores agrarios, a partir de la incorporación de programas sociales, educativos y laborales para apuntalar el posicionamiento de nuestras economías regionales.
Las economías regionales representan el 50% del total de puesto de trabajo en el sector agroindustrial, dando empleo a 1,27 millones de personas en todo el país, principalmente a través de PyMEs que se destacan por su capacidad de agregar valor a la producción primaria.
Durante 2022 se exportaron 4,8 millones de toneladas por un valor total de U$D 7.000 millones, lo que representa un valor promedio por tonelada de U$D 1.500, consolidando el rol de Argentina como proveedor de alimentos de calidad al mundo. Entre los principales productos se destacan aceite de soja, yerba mate, jugo de limón, aceite de esencia de limón, aceite de maní, porotos secos, salvado y residuos de cereales.
Los estímulos a la producción y el desarrollo de pymes regionales financiados por el Programa de Incremento Exportador, forman parte de la estructura de beneficios que activó el Estado nacional junto al Plan Integral de Protección a Economías Regionales para estimular el crecimiento de este sector.
A través de la Subsecretaría de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional, el Programa del Impulso al Desarrollo de las Economías Regionales (IDER) desde su implementación, permitió la mejora de las condiciones socioeconómicas, productivas, comerciales y financieras. Con sus dos componentes, brinda tanto apoyo financiero como asistencia técnica a los productores del sector, lo que redunda en herramientas de competitividad, infraestructura, mejor accesibilidad a los mercados, entre otros beneficios.
Se suma, también desde la cartera nacional, el Programa Nacional de Agregado de Valor para Cooperativas Agroindustriales (CoopAr), como herramienta encargada de la promoción y ejecución de proyectos de inversiones en bienes de capital, infraestructura y capital de trabajo destinados a potenciar la competitividad, el agregado de valor en origen y las exportaciones. Y las políticas públicas para impulsar producciones específicas como las del olivo, algodón, frutas frescas, apicultura, vitivinicultura, yerba mate, entre otras.
En un contexto mundial que sufre las consecuencias del cambio climático, merecen además una mención los programas, fondos de fomento y asistencia brindada para enfrentar la emergencia agropecuaria como consecuencia de las condiciones climáticas.