Con el advenimiento del Covid-19, las instituciones educativas de todo el mundo fueron las primeras víctimas del aislamiento impuesto para contener la propagación del virus. Según una estimación del Banco Mundial, esto condujo a un abrupto retroceso de las clases de los estudiantes en todo el mundo.
Por lo tanto, el bloqueo mundial ha contribuido a subrayar como nunca antes la importancia y la necesidad de la educación en línea en el discurso académico mundial.
En la fase inicial de la pandemia de Covid-19, la educación en línea se tomó en todas partes como una solución temporal para atraer a los estudiantes, mientras que se esperaba un rápido retorno a la normalidad. Pero la incesante propagación del virus y la incertidumbre sobre la disponibilidad de una vacuna a corto plazo obligó a todos los actores de la educación, los responsables políticos, las instituciones educativas, los padres y los estudiantes, a recurrir a soluciones en línea a largo plazo.
Lamentablemente, hay una serie de problemas muy arraigados, especialmente en los países en desarrollo, como la brecha digital y la falta de inversiones y de infraestructura, que ponen en tela de juicio la forma en que la enseñanza en línea puede sustituir permanentemente a los métodos tradicionales.
Para tener una idea del estado de la infraestructura de apoyo al aprendizaje electrónico, Preply, la plataforma para el aprendizaje de idiomas en línea como el inglés, publicó un estudio sobre el Índice de Aprendizaje Electrónico, un intento de comprender qué países del mundo están mejor preparados para esta transición: el país con mayor potencial para el aprendizaje electrónico es Noruega, mientras que México cierra la clasificación con la peor puntuación.
Aparte de los obstáculos preexistentes, como la mala conectividad y el ancho de banda, la exclusión digital en cuanto a la asequibilidad de los dispositivos y la falta de conocimientos digitales, el nuevo reto más importante es desarrollar todo un ecosistema del proceso de aprendizaje electrónico que sea comparable al sistema tradicional. Para que esto suceda, este ecosistema debe ser capaz de incorporar todas las etapas de los procesos administrativos en la educación: pruebas de admisión, dictado de conferencias, exámenes y graduación.