La publicidad sí funciona: Beldent Infinit agotó stocks.
Argumento de publicistas: un buen producto con una buena publicidad son una dupla imbatible. Y eso pasó exactamente con los nuevos chicles Beldent Infinit, un producto con una propuesta de valor diferente (larga “vida útil”), un packaging innovador y una campaña integral de comunicación cuya nave insignia es un comercial donde se le pide a la gente que -por favor- tire su chicle (ver aquí). “La demanda quebró los stocks, por eso no los encontrás en los kioscos -explica Pablo Bustamante, distribuidor de Cadbury en Córdoba-; es un producto que viene de México, que no es barato ($ 5 al público) y que ahora estamos en proceso de reabastecer… nos sorprendió la demanda”. Beldent (Cadbury) vs. Topline (Arcor) es el “clásico” de un sector que mueve millones de unidades por mes y cuyo último round ganó por knock out la multinacional extranjera. (Más sobre este boom de ventas en la “lupita” que lleva a Ver Nota Completa).
Al igual que con Splash (otro boom de ventas, el del comercial del chico de la zunga, recordalo acá), Infinit -en teoría- no apunta a grandes volúmenes sino que más bien funciona como “imagen”. Su éxito en la Argentina (está hecho en México) sorprendió a los ejecutivos de Cadbury que se quedaron sin stock y que -incluso- observan si este nuevo producto no “canibaliza” al Beldent “clásico”.