En algunas ciudades se ven todos estacionados en fila, en otras se pueden ver algunos pocos en los pies de ciudadanos locales que los compran para usar y en otras ciudades directamente ni aparecen.
Sergio Rubén Blasco, desde Itaparica, Brasil, nos cuenta que en su ciudad no hay. Pero Ricardo Giaroli, desde Río de Janeiro, cuenta que hay bastantes y “se alquilan en la calle”.
Pamela Molero, desde Santiago de Chile, cuenta que hay “bastantes y se alquilan en la calle pero también las personas compran monopatines eléctricos. Es un medio de transporte muy común, sobre todo ahora, para evitar el transporte público”.
Santiago Antinori, desde Punta del Este, Uruguay, nos cuenta que no hay monopatines eléctricos en su ciudad.
Gustavo Torres, corresponsal en Tijuana, México, cuenta que “hay algunos y la gente los compra”.
María Tedesco, desde Montreal, Canadá, dice que “hay bastantes. La gente los compra y yo los utilizo, facilitan los desplazamientos y es divertido”.
Valentina Cisneros, desde Bogotá, Colombia, dice que “hay algunos y la gente los compra. Antes de la pandemia era muy fácil conseguir uno para alquilar, pero con la pandemia los que se ven son los que tiene cada uno particular”.
Lucía Lario, ahora desde Barcelona, nos cuenta que “sí, hay bastantes. La gente los compra pero yo no los usé todavía”. Marcello Bresin, también desde Barcelona cuenta que no los usó y que “sinceramente no me atrae para nada”. Mechi Forte agrega que los usa y que le encantan.
Alejandro Clavijo, nuestro corresponsal en Málaga, España, cuenta que “hay bastantes y la gente los compra. Yo no los utilizo, prefiero las bicicletas. Pero en Málaga es tal la cantidad de monopatines, tanto de alquiler como particulares, que el gobierno ha debido legislar para darles cabida en la vida urbana, incluso modificando ordenanzas de tráfico llegando a establecer carriles por toda la ciudad en donde tienen prioridad y los coches no pueden superar los 30 km/h”.
Daniel Goldraij, en Kfar Saba, en Israel, dice que “hay bastantes y se alquilan en la calle. Alquilás el monopatín por 30 o 45 minutos, utilizando la aplicación en el teléfono. Muy fácil de utilizar. Acá obligan a los monopatines a ir por la calle o ciclovías, así que los dejé de usar”.
Belén Molina, nuestra corresponsal en Sydney, Australia, dice que “hay bastantes. Cuando llegué a Sydney tenía un trabajo muy lejos y con muchas combinaciones de trenes y bus, pero el último trayecto lo tenía que hacer caminando entonces me compré un monopatín eléctrico. Son muy útiles porque los podés subir a cualquier medio de transporte si llueve o si necesitás hacer tramos más largos. Además se usan para todo, ir a casa de amigos, ir al gimnasio, a la playa. La verdad es que yo estoy enamorada de los monopatines eléctricos, sobre todo porque ocupan muy poco espacio de guardado”.