¿Quién dejó la puerta abierta?

Los objetos de decoración que una vez supieron vestir el jardín y ambientes exteriores, ahora llegaron al interior de los hogares. Materiales como metales y maderas se imponen en la escena de lo último en interiorismo y crean una sensación de relax como si estuviéramos descansando al aire libre. Esta semana los “objetos de deseo” para traer el exterior adentro.

Un reloj colgante para interior que vino hasta con un canario del jardín.
Candelabro metálico blanco con forma de jaula para pájaros. (By Mica)
Materiales como madera y metal protagonistas de los objetos de decoración para el interior. (By Zak)
Macetero que bien juega el papel de revistero. (By Zak)
Bien rústico: una alfombra para calzado mojado hecha de piedras.
Hasta los animales llegaron a los objetos de decoración para el interior de la casa: un espejo metálico con un pequeño canario ornamental.
Maceteros que juegan con la morfología de objetos cotidianos también útiles para guardar llavez, alajas y demás. (By Mica)
Floreros de cerámica, rústico pero con cuidadosas terminaciones.

“Hay una tendencia en el interiorismo con la que se intenta de prolongar los límites del espacio a través de la decoración”, explica la diseñadora de interiores Julieta Villagra y agrega: ”Es por esta razón que vemos muchos elementos que antes eran propios de espacios abiertos, como protagonistas centrales de la decoración”.
Lo cierto es que cada vez es más común encontrar jaulas de metal de pájaros, macetas de fibrocemento y muebles de madera rústica en el living o incluso en espacios más acotados como dormitorios o baños.
“Los elemento naturales se incorporan al lenguaje visual cotidiano interior y se busca, en cierta medida, de atraer la tranquilidad que uno consigue cuando se encuentra al aire libre –indica Villagra-; se descontractura el ambiente“.
Aunque estos objetos están inspirados en las piezas de decoración del exterior, las terminaciones y calidad son otras: “si bien son parecidos, el acabado es diferente y pensado para ambientes cerrados”.

Alfa Pampa: fabrica más de un millón de alfajores por mes y quiere seguir creciendo (facturación proyectada: $ 4.000 millones en 2026)

En un país donde el alfajor es mucho más que “un producto”, lograr diferenciarse parece una tarea titánica. Sin embargo, desde una planta bonaerense y sin grandes campañas de marketing, Alfa Pampa consiguió construir una marca con alcance nacional, presencia internacional y una premisa clara: competir en calidad sin entrar en la carrera del alfajor más barato.