Carolina Randado nos dice: “Desde que me mudé a Groningen, Países Bajos, en el 2014 siento que estoy en un lugar seguro. No solo porque podía volver en bicicleta a las 4 am de un bar sola sin tener miedo. Tampoco he escuchado que a alguien le haya pasado algo. Sé que locos/ladrones, etc, hay por todas partes, pero tengo la suerte de sentir seguridad acá”.
Sergio Blasco, desde Itaparica, nos cuenta: “En la isla donde vivo la situación es intermedia, pero si la comparo con Salvador, a menos de una hora de ferry, es el paraíso”.
Marcello Bresin, desde Barcelona, nos cuenta: “En el centro de Barcelona, a lo sumo, te ‘afanan’ en el subte sin que te enteres (si tenés pinta de turista). En el Vallés hay seguridad total”.
Valentina Cisneros, corresponsal en Bogotá dice: “Siento que en la zona donde vivo es igual que en Córdoba. Uno tiene que tener cuidado en la calle y en el transporte público, o si va en su vehículo con sus pertenencias, como el celular y la cartera. En cuanto al transporte público, de noche no es tan agradable de andar”.
Pamela Molero, desde Chile, dice: “Acá en Santiago, en la zona en la que vivo, me siento más segura que allá. Acá me animo más a sacar el teléfono en la calle o andar con la cartera para atrás. Algo que es interesante: las comunas tienen su propio sistema de seguridad, no son carabineros ni tienen armas, pero son los primeros que llegan. Tienen un número de emergencias y responden muy rápido”.
Gerardo Oliva, desde CDMX, nos cuenta: “Dependiendo de la zona puede ir de tranquilo a extremadamente peligroso. En mi caso particular, le temo tanto a la policía como a los potenciales delincuentes. Lamentablemente aunque no lo acepten, la CDMX está a merced de unos cuantos grupos de delincuencia organizada, siendo la unión de Tepito uno de los más fuertes. Tepito es un barrio donde el contrabando, las drogas, y la pobreza conviven a diario”.
Ricardo Giaroli, corresponsal en Río de Janeiro, cuenta: “Les cuento sobre la seguridad o mejor dicho la inseguridad en Río de Janeiro. Para comenzar les cuento que Río y el Gran Río tienen una población de 7 millones de habitantes y más del 80% vive al borde la pobreza. Hay una gran diferencia de clases sociales. La mayoría de los cerros son ocupados por favelas donde vive la mayoría de la gente trabajadora que no gana más de 1.000 R$ de salario. Estas favelas están dominadas por dos carteles de drogas (el Comando Vermelho y PCC) y por los Milicianos (ex policías o militares retirados). Vivir bajo el dominio de cualquiera de ellas es renunciar a la libertad. La llegada del presidente Bolsonaro aumentó el poder de los Milicianos, que hoy dominan el 50% de la ciudad. Durante 4 años viví en Copacabana, aquí solo se producen arrebatos y hurtos aislados ya que las playas Copacabana, Ipanema y Leblón tienen una gran presencia policial. Hace 4 años que vivo en Ilha da Gigoia en la Barra da Tijuca. A esta isla solo se ingresa por barco, por lo tanto los 40 barqueros actúan de seguridad. Acá es el lugar más seguro de Río de Janeiro. Nunca cierro con llave mi casa. Es un paraíso”.
Santi Antinori, desde Punta del Este, nos dice: “Aquí un poco uno siente que vive en una burbuja con respecto al ritmo y estilo de vida que traía desde Argentina (Córdoba). El tema del regreso a casa a cualquier hora de la noche caminando por ejemplo es algo a lo que uno no estaba totalmente acostumbrado. Veremos qué ocurre durante la temporada, donde habitualmente el número de gente se multiplica y con ello las oportunidades para los que intentan delinquir”.
Conrado Evangelisti, nos cuenta: “Yo vivo en la región de Veneto, en la ciudad de Venecia. Me siento super seguro porque la zona norte de Italia meridional es muy segura, hay controles y creo que influye mucho la situación económica ya que la desocupación es baja y los salarios estables”.
Gustavo Torres, desde Tijuana, nos dijo: “Tijuana fue considerada la segunda ciudad más peligrosa del mundo en 2020, sin embargo, no es la misma percepción viviendo aquí. O tal vez nos acostumbramos, y todos ya tomamos los recaudos correspondientes. La percepción de cuidarse, o cuidar a los tuyos está más focalizada en centrarte a evitar un secuestro, que a un asalto”.
Alejandro Clavijo, nos dice: “Yo vivo hace 19 años en Málaga, no creo que pudiera volver a vivir en Argentina, es diametralmente opuesta la vida aquí. Los robos no son noticia en Málaga. Nos sentimos completamente seguros”.
Lucia Lario, nos cuenta: “Estoy en Barcelona. Aquí se siente seguro. Se camina mucho la ciudad. Con los cuidados mínimos como el bolso cerrado y cerca del cuerpo está bien. Cuando camino o voy por el metro voy tranquila. Siempre atenta pero segura en fin”.
Luis de la Colina, desde New York, nos dice: “Manhattan es uno de los 5 distritos de la Ciudad de New York, dentro del estado del mismo nombre. Es segura, todos estos años que he estado con turistas que recibimos de América Latina y España, ninguno sufrió un robo. Hay barrios que suelen ser más propensos a robos, y más en otros distritos como Bronx o Brooklyn”.
Daniel Goldraij nos dice que: “A pesar de la mala imagen de Israel, atentados y guerra, el país es seguro, los chicos de todas las edades pueden salir a divertirse y volver a casa tranquilamente”.
María Tedesco, desde Canadá, nos comenta: “Montreal es seguro, tanto para turistas como residentes. Es un país multicultural que prioriza el mantenimiento de la paz, la tolerancia y respeto para todos. La tasa de criminalidad es baja. No hay hechos de violencia por lo general, y como en todos lados hay quartiers (barrios en los que hay que tener cuidado)”.