Costa Rica es el país más verde del mundo, declarado en 2009 por la Fundación Nueva Economía. En su geografía predominan montañas, selva espesa y sus costas se bañan con el agua del Océano Pacífico y el Mar Caribe, nada más parecido al paraíso. En un terreno de 450m2 y 25m de pendiente la arquitecta cordobesa María José Moyano Carranza diseñó una vivienda, que a través de varios recursos ponderó el entorno circundante. Para mantenerse inerte, la arquitectura se definió minimalista, con líneas simples y colores claros.
El agua es la musa inspiradora y genera una experiencia sensorial inigualable tanto en el interior como en el exterior.
Los paños vidriados del contrafrente posibilitan que el paisaje ingrese a la casa en cada uno de lo niveles en que se distribuye.
La vivienda cuenta con cuatro dormitorios, dos en suite en el nivel superior con balcones, y dos en la planta de acceso donde además está la cocina y un living comedor de grandes dimensiones para un confortable desarrollo social.
En el último nivel se acondicionó un espacio exterior con deck para practicar yoga.
El comedor exterior está constituido por un deck en voladizo, con un moderno mobiliario de rattán, reparado a la sombra por una especie autóctona que se preservó.
Hacia los límites está la piscina con borde infinito y chorros de agua a modo de fuente.
Tributo a la naturaleza
(Por Sara Bongiovanni) La geografía de Costa Rica fue determinante para plantear esta vivienda ubicada en un barrio privado de Playa Hermosa en la provincia de Guanacaste. Impresionantes vistas al mar y a la península de Papagayo donde está el famoso hotel Four Season, no podían sacrificar protagonismo tampoco. El paisaje se coló en cada resquicio del interior e incluso emuló determinadas atmósferas desafiando la teoría.
Desde el ingreso hasta la terraza, donde se practica yoga, el mar es el anfitrión.