Aerolíneas Argentinas registró pérdidas por u$s 247 millones en 2022. Así y todo, logró reducir su déficit un 43,7% respecto de 2021 (cuando fue de u$s 439 millones) y un 64% versus 2019, el último año antes de la irrupción de la pandemia (reportó un rojo de u$s 667 millones).
La aerolínea de bandera calificó a su último resultado operativo como "el mejor de los últimos 14 años", desde que el Estado Nacional recuperó el control de la empresa en 2008, luego de la gestión privada del grupo Marsans.
"Desde 2019, mejoramos los números año a año. Incluso, con la mayor crisis global en la historia de la aviación de por medio, que significó el Covid-19. Tenemos una compañía más eficiente. Lo hicimos abriendo rutas, volando más e incorporando unidades de negocios, con una mejora patrimonial y un desendeudamiento progresivo", explicó Pablo Ceriani, presidente de Aerolíneas Argentinas, en una rueda de prensa que tuvo lugar en las oficinas del Aeroparque Jorge Newbery.
El encuentro se realizó este miércoles por la tarde luego de que la Auditoría General de la Nación (AGN) aprobó los estados contables de 2022, auditados por KPMG y presentados anteriormente por el management de la aérea a su directorio. Acompañaron a Ceriani Fabián Lombardo, director comercial, y Valeria Campolongo, directora económico-financiera.
Según la empresa, este último balance fue aprobado tanto por la AGN como por KPMG sin salvedades, algo que no ocurría desde 2004. "Eso quiere decir que no se hizo ninguna observación. Años atrás, había una abstención de opinión del contenido del informe, la peor calificación que se puede recibir", resaltó Ceriani, a lo que Campolongo agregó: "Otro hito es que el balance fue presentado en tiempo y forma, cuando antes se hacía con demoras. Aún estamos dentro del plazo de los 120 días desde el cierre del ejercicio".
Uno de los motivos por los que 2022 cerró con menores pérdidas es la recuperación de la demanda de los vuelos internacionales, un segmento de alta rentabilidad actualmente para Aerolíneas. Desde 2019, las tarifas de los vuelos al exterior se encarecieron alrededor de un 30% (medidas en dólares y sin contar la carga impositiva), factor que impulsó el crecimiento de los ingresos de la compañía, de u$s 1900 millones en 2022.
Según explicó Lombardo, Aerolíneas ganó participación en un escenario de menor oferta de asientos a nivel global -con un tráfico internacional que aún está al 70% de la prepandemia-, que no alcanza a cubrir la demanda en alza. "Es una situación compartida por el sector. Las entregas de fabricantes Boeing y Airbus están previstas recién para 2023. Al no poder aumentar la capacidad operativa, las líneas aéreas se están volcando al mercado doméstico", expresó.
En este contexto, Aerolíneas encontró una oportunidad para potenciar el tráfico con Brasil. "Por la demanda de cabotaje, las aéreas brasileñas no tienen capacidad para poner vuelos en mercados regionales donde antes tenían presencia. Así fue que nos hicimos fuertes en las rutas con el país vecino, en un momento en el que les resulta barato a turistas extranjeros venir al país y en el que los argentinos continúan viajando, incluso, pese a la suba del dólar", profundizó el director comercial.
A su vez, influyó en la mejora del balance la eficientización de procesos internos. "Hoy, tenemos 11.680 empleados, con una facturación de u$s 1900 millones. En 2019, había 12.000 empleados y la facturación era de u$s 1700 millones", aseguró Ceriani, a lo que sumó el impacto de la fusión con Austral y la reducción de los tiempos de descanso en el exterior, entre otros ítems de esta "gestión austera".
La eficiencia en la operación le permitió a la empresa achicar un 28% sus deudas comerciales y financieras entre 2019 y 2022, pasando de u$s 947 millones a u$s 678 millones. En tanto, el patrimonio neto de la compañía antes de la pandemia era negativo en u$s 496 millones y en 2022 se redujo a u$s 168 millones (también negativo), una mejora del 66 por ciento.
En el marco de la reunión, los ejecutivos destacaron también que el año pasado se utilizó sólo el 67% del presupuesto asignado: $ 47.000 millones, un 50% menos que en 2021. Y, en lo que va de 2023, Aerolíneas recibió $ 6000 millones correspondientes a 2022, que habían sido devengados, pero no transferidos hasta entonces: $ 3000 millones en enero y otros $ 3000 en febrero.
Por lo tanto, aún no hizo uso de la partida asignada para el año en curso, proyectada en $ 90.000 millones. De hecho, apunta prescindir de las transferencias del Estado, algo que no ocurre desde la reestatización.
En lo que va de 2023, Aerolíneas Argentinas no hizo uso de la partida asignada para el año en curso, proyectada en $ 90.000 millones.
Para 2023, de acuerdo al presupuesto estipulado, se prevé una reducción de u$s 102 millones de los aportes del Tesoro respecto de 2022. "De esta manera, la empresa no sólo requiere menos inversión del Estado, sino que además achica su participación en el Presupuesto Nacional: hoy, Aerolíneas representa el 0,31% del gasto público, mientas que en 2019 fue del 0,48%", afirmó el titular de la empresa.
Así, la aérea estatal apunta a terminar el año con un menor resultado negativo. Ceriani está convencido de que, eventualmente, Aerolíneas podría tener balances positivos. "Es el camino en el que estamos trabajando, especialmente impulsado por nuevas unidades de negocio, como el vertical de logística que acabamos de reforzar con la incorporación de dos aviones 100% cargueros y nuestros servicios de mantenimiento a terceros, mientras seguimos creciendo en el transporte de pasajeros", detalló.
Por último, mencionó que el aporte de la aerolínea a la economía en 2022 significó u$s 6000 millones e implicó $ 109.000 millones al fisco nacional y provincial, en concepto de impuestos, contribuciones y tasas. "Más del doble de lo que recibe, un 128%", concluyó el presidente de la empresa, y adelantó que prevén terminar 2023 con 14 millones de pasajeros transportados: 11 millones de cabotaje y 3 millones internacionales, superando la marca histórica de 2019.