En el marco de la Expo EFI, organizada en La Rural, cuatro de las principales automotrices radicadas en el país advirtieron que, todavía, no pasó lo peor para el sector, que arrancó el año con caídas promedio del 50% en ventas y de entre 30% y 40% en producción.
"No creo que hayamos tocado fondo", declaró Pablo Di Si, presidente de Volkswagenen América del Sur. El ejecutivo compartió panel con Cristiano Rattazzi, titular de FCA Automobiles Argentina (Fiat y Chrysler) y Daniel Herrero (Toyota).
Según Di Si, el tráfico en concesionarios es “bastante bajo”. Los malos números de este año, tamizó, se comparan con el “mejor cuatrimestre de la historia automotriz” local, el de 2018.
Para el ejecutivo, el campo puede “ayudar un poco” en los próximos meses, mientras que Herrero explicó que a se advierte movimiento de ese sector. “En vehículos de pasajeros, recién arranca”, diferenció, y agregó que eso se da porque la tasa de financiación “es prohibitiva para todo el segmento que vendemos nosotros”.
Di Si fue claro al decir que "si no hay crédito, la industria no se va a mover". Y agregó: “En Brasil, está creciendo porque hay mucho crédito".
Según Rattazzi, el crédito barato aparecerá muy pronto, cuando la Argentina empiece a entrar el círculo virtuoso. “Si todo empieza a girar, el mercado interno empezará a girar muy bien y vamos a volver dentro de dos años al mercado del millón de autos que habíamos pregonado dos años atrás”.
Rattazzi expresó que “no hay dudas de que hay crisis”, pero, también, recordó que, en 2002, se vendieron 89.000 autos. “Todas las previsiones para este año dan 600.000 autos, lejos de los 930.000 de dos años atrás. Pero no es una situación dramática”, agregó. Aunque dijo que los números de los últimos meses de producción fueron "desastrosos".
Herrero dijo que lo que ve como más problemático es la producción, “porque el 76%, 80%, va a la exportación, y todavía no se ha llegado a una competitividad”, dijo, al hacer referencia a la mayor cantidad de impuestos a la exportación.
“Si, cuando exportamos, usamos un producto local, tenemos que pagar la retención a exportaciones. Pero si esa pieza no se la compramos al proveedor local y la traemos de afuera y la ensamblamos aquí, no pagamos la retención. Creo que hay que corregir un montón de cosas”, ejemplificó, y agregó. “Hay piezas que ensamblamos que a lo mejor pagan tres, cuatro veces ingresos brutos antes de exportarlo”.
Herrero, en ese sentido, informó que en el caso del modelo más caro que la marca posee, la camioneta SW4, el 52% son impuestos. “Es difícil, pero entendemos la situación”.
No obstante, expresó preocupación cuando dijo que exporta el 15% de impuestos de un vehículo. “Porque ese porcentaje a lo mejor nos está sacando posibilidad de competir.
Para el ejecutivo, si no se logra competitividad para salir al mercado, será “muy difícil que el mercado doméstico nos dé la solución para poder crecer”. Di Si, por su parte, dijo que se exportan de u$s 4000 a u$s 5000 de impuestos.
Di Si, además, reconoció que Volkswagen tiene “la posibilidad de poder hacer un segundo vehículo, que no fue definido”, al hacer referencia a un otro modelo SUV de camioneta. Este año, empezará la producción de la Tarek, 4x4 en la que invirtió u$s 650 millones,
Volskwagen, por su parte, está creciendo 20% en exportaciones a Brasil en relación al año pasado, dijo el ejecutivo.
La caída en la producción, reconoció, afecta a la masa laboral y a la caja de la empresa. “Pega en la liquidez”, dijo.
Rattazzi, fiel a su estilo, dijo que el negocio “es complicado en un país devorado por la inflación, por el déficit fisical, por años de desorden monetario; es complicado para todo”.