El Gobierno extenderá el cepo a las exportaciones de carne vacuna, y la venta de cortes a los mercados externos muy posiblemente se extienda hasta fin de año. El análisis que se hace desde los despachos oficiales en cuanto al efecto que tuvo la medida es positivo, y los funcionarios entienden que se debe mantener, al menos, por un tiempo más.
La política que se aplicará en este sentido será la misma que se viene imponiendo hasta ahora. Del impedimento casi total para vender carne al exterior, en los últimos días se aprobó la apertura de la venta de cortes kosher a Israel, un beneficio importante para algunos frigoríficos.
El camino que se tomará será este mismo. De a poco, se irán viendo aperturas parciales, "pero siempre y cuando todo demuestre que las condiciones que se buscaron se van dando", según sostuvo una fuente consultada por El Cronista, y advirtió que "si esto no ocurre no habrá inconvenientes en volver todo para atrás".
El martes de la próxima semana vence el DNU 408, del 23 de junio pasado, que impuso restricciones de ventas al exterior del 50% hasta el 31 de agosto próximo, a excepción de las cuotas asignadas para Europa y Estados Unidos, a las que luego se sumaron las 3500 toneladas destinadas a Israel.
De acuerdo con las últimas conversaciones que el sector de la carne mantuvo con el Gobierno, no hay por el momento una determinación respecto de cuándo ni cómo terminará la novela de las exportaciones.
Sí se sabe que la idea es ir avanzando hacia una normalización del sistema -siempre teniendo en cuenta esa gradualidad- pero ningún funcionario se atreve poner una fecha de vencimiento.
"En muchas oportunidades se planteó la necesidad de eliminar todo tipo de restricciones, pero nunca hubo gran repercusión al respecto. Si la idea es ir abriendo de a poco, por supuesto eso es mejor a que esté todo cerrado. Pero para el sector la clave pasa por poder exportar sin complicaciones", afirmó a El Cronista una fuente del sector.
El eje de los números que observa de cerca el Gobierno se basa en la oferta de carne que se destina al mercado local, y el efecto que esto tiene sobre los precios, dos de los aspectos centrales a los que se apuntó cuando se tomó la determinación de recortar las exportaciones.
Según el último trabajo difundido por la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra) el consumo por habitante tocó en julio último los 50,8 kilos anuales, una baja de 2,9% respecto de igual mes de 2020.
En cuanto a los precios, el efecto todavía no es el esperado por el Gobierno. El relevamiento de Ciccra, muestra que en el Mercado de Liniers se observa una baja de 4%, aunque en las carnicerías apenas se ve una baja de entre 0,9% y 2%.
En gran parte, este escenario es uno de los que lleva al Gobierno a no desarmar el programa de forma intempestiva.
En julio pasado el sector exportó por u$s 193 millones, una caída de 16% en comparación con la cifra alcanzada en igual mes de 2020
Por otra parte, un estudio del Consorcio ABC -que agrupa a los frigoríficos exportadores- muestra el efecto negativo que la medida oficial tuvo en julio último sobre el ingreso de divisas al país.
La entidad apunta que durante ese mes se facturaron u$s 193 millones, un 16% menos que en igual mes de 2020 y "una de las cifras más bajas de los últimos dos años".
El Consorcio ABC indica que las exportaciones de carnes bovinas registraron en julio una baja de 1%, respecto a junio, y acumulan en los primeros siete meses del año una caída de 3% con relación a igual lapso de 2020.
De acuerdo a datos provisorios y parciales proporcionados por el Indec, precisó el ABC, "en julio de 2021 las exportaciones de carnes bovinas sumaron 36.000 toneladas peso-producto, equivalentes a 50,7 millones de toneladas peso res".