Carnes, lácteos y panificados. Tres de los alimentos más representativos de la canasta básica, y presentes en casi todas las mesas argentinas, encabezaron las alzas de precios relevadas por las consultoras durante el primer tramo del mes y le suman mayor presión a la inflación de marzo, que los analistas ubican en 4%, en valores similares a los de febrero último.
Pese a que se registró una fuerte retracción del consumo, la carne vacuna marcó alzas de 8% promedio en la primera quincena de marzo, en una seguidilla de los incrementos inaugurados en el primer bimestre, que promediaron 29 por ciento. El pollo no se quedó atrás y anotó una suba de 10% en apenas dos semanas. También se evidenciaron incrementos en la carne porcina y en pescados, comentaron en el sector.
Por su parte, los panificados, pastas (asociados a la suba en los precios del trigo y de la harina) y cereales se encarecieron 2,2% en la primera quincena de marzo, mientras que los lácteos subieron 4%, asociados a la restricción de oferta de leche que llevó a las usinas lácteas a pagar más a los productores, aunque aun están lejos de cubrir costos.
Verduras, por su parte, registró subas de 3% en la primera quincena del mes, producto de los incrementos en la energía, combustibles y el peaje para transportes.
Así, los productos alimenticios apuntan a cerrar un nuevo mes con alzas por encima del nivel general de precios. Al menos así surge de los relevamientos que realizaron hasta el momento en los equipos de las consultoras Ecolatina y Elpysis.
Nicolás Crespo, economista de Elypsis, detectó que el rubro Alimentos "sigue subiendo fuerte y eso pega en la inflación núcleo". A eso se le suma que hay numerosos incrementos en regulados (electricidad, transporte, cigarrillos, combustibles y educación".
Por eso, planteó que los cálculos de la consultora apuntan a que marzo terminará con una inflación en torno al 4 por ciento.
Similar escenario proyectan en Ecolatina. Con las fuertes subas detectadas en Alimentos, más los regulados prevén una IPC de 3,8%. igual al de febrero,
El economista en jefe de la consultora, Matías Rajnerman, reforzó ante El Cronista que marzo suele ser un mes de muchas subas estacionales "y este no es la excepción"
Adicionó a las alzas habituales del inicio formal del año, los regulados, el arrastre de los precios mayoristas (que escalaron 3,4% el mes pasado, impulsados por una suba de 20% en energía eléctrica y de 7% en los productos agropecuarios) y aun con cierta estabilidad cambiaria, el paso de la devaluación a los valores de productos como alimentos.
Sostuvo que la suba de las carnes, que promedió 7,6% en la quincena para los cortes vacunos, porcinos y aviares, se mantiene en línea con los registrado en el primer bimestre, como parte de un reacomodamiento de esos valores que venían resagados respecto de otros precios de la economía.
Desde la Cámara de la Industria de la Carne (Cicrra), Miguel Sichariti enfatizó que los valores al consumidor deberían retroceder en los próximos diez días dado la fuerte caída del consumo registrada tras los aumentos de precios del verano, que acumularon 29% promedio de fines de febrero.
"Si no llueve en los próximos días, el precio debe caer porque las ventas minoristas en carnicerías cayeron entre 30% y 50%, casi la mitad del incremento que tuvieron los cortes en los últimos meses", consideró el dirigente en diálogo con este diario.
La situación de los lácteos es más compleja. La fuerte caída de la oferta de leche, de 8,5% en el primer bimestre como consecuencia de cierres de tambos por rentabilidad negativa en más de dos años, sumada a que la industria trabajó a la mitad de la capacidad instalada en medio de un panorama más que complejo para la actividad, con fuerte caída del consumo interno, derivó en limitaciones en la disponibilidad de marcas de productos lácteos y de leche fluida.
"El precio de los lácteos tuvo una evolución que se asemeja mucho más al comportamiento del nivel general de precios que al del capítulo Alimentos y Bebidas, que supera sistemáticamente el IPC general", sostuvo Rajnerman.
En ese sentido, explicitó que a diferencia del precio de las carnes, que se mantuvieron estables entre agosto y diciembre pasados (suba de 5% entre esos meses) y se disparó al principio de 2019, los productos lácteos registraron "subas más paulatinas y menos disruptivas".
Los analistas consideran que todavía resta que parte de la suba del dólar pase a la inflación, fenómeno conocido como pass-trough". Desde Elypsis habían resaltado ayer a este diario que son procesos de entre uno y dos años, y que la estanflación lo hace más difícil. Desde EcoGo, en tanto, resaltaron que la inercia conspira con la baja de la inflación.