Los inversores y ahorristas se alejaron del plazo fijo durante el último año. El instrumento tradicional de ahorro perdió atractivo como cobertura ante la aceleración inflacionaria y la tensión cambiaria. Los analistas, en tanto, advierten que la pérdida del interés se profundizará, lo que le dará margen al dólar para tomar mayor fuerza.
Al cierre de diciembre, el stock de los depósitos en pesos a plazo fijo tradicional constituidos por el sector privado se ubicaba en $ 12,70 billones, lo que implica una caída nominal en comparación con los $ 12,93 billones con lo que arrancó el último mes del año pasado, de acuerdo con los datos oficiales.
El derrumbe del instrumento tradicional de los ahorristas es mucho mayor en términos reales, teniendo en cuenta la fuerte aceleración inflacionaria que se registró durante el mes pasado, tras el cambio de Gobierno, el salto devaluatorio y el "sinceramiento" de varios precios de la economía que se mantenían pisados.
Las consultoras privadas estiman el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en su nivel general registró en diciembre un repunte de entre 22% y 30% mensual, por lo que la caída en los depósitos a plazo fijo es mucho más profunda teniendo cuenta en cuenta el avance inflacionario.
Si bien en diciembre ya estaba despejada la incertidumbre electoral y la administración entrante había enviado señales respecto a la dolarización y la tenencia de pesos, la baja de 23 puntos porcentuales en las tasas de interés jugó en contra. Los rendimientos, que ya eran negativos en términos reales, profundizaron la pérdida real.
El derrumbe del instrumento tradicional de los ahorristas es mucho mayor en términos reales, teniendo en cuenta la fuerte aceleración inflacionaria que se registró durante el mes pasado, tras el cambio de Gobierno, el salto devaluatorio y el "sinceramiento" de varios precios de la economía que se mantenían pisados.
La baja de tasas de interés y la aceleración inflacionaria hizo que muchos no renovaran sus colocaciones y empezaran a ver con mayor atractivo al plazo fijo UVA. El instrumento que ajusta por IPC revirtió su tendencia y su stock repuntó 120% en el mes, previo a que el Central lo desincentivara al duplicar el tiempo mínimo de permanencia, llevándolo a seis meses.
La caída en los depósitos a plazo fijo tradicional en diciembre profundizó la variación negativa que acumulaba a lo largo del año, en medio de las fuertes tensiones en el mercado financiero por la incertidumbre respecto al proceso electoral, lo que impactó en la plaza cambiaria, donde los paralelos se recalentaron hasta alcanzar cifras récords.
Año perdido
El stock de los depósitos en pesos a plazo fijo tradicional acumuló en 2023 un avance nominal de apenas 67%, según se desprende de los datos oficiales. La variación es significativamente inferior al de la inflación, que durante el mismo período habría acumulado un avance de entre 200% y 220%, según estimaciones privadas.
En los próximos meses, de acuerdo con Andrés Reschini, analista de F2 Soluciones Financieras, será muy difícil que la demanda de estos instrumentos logre tener una recuperación, teniendo en cuenta los amplios rendimientos negativos en términos reales que están ofreciendo (8% mensual contra 30% de IPC mensual previsto).
"Mientras tengamos expectativas de alta inflación, que resulte en tasas de interés fuertemente negativas como las actuales, los depósitos a plazo fijo van a continuar de esta misma manera. Será muy difícil que muestren alguna recuperación con tasas de interés negativas en estos niveles", sostiene Reschini.
Como efecto de menores ingresos y renovaciones en las colocaciones a plazo fijo tradicional, el especialista destaca que puede haber una mayor demanda en la moneda estadounidense, que ya se está empezando a notar, ya que en principio hubo mucho interés en los instrumentos atados al CER, pero ahora hay dudas por los valores que alcanzaron.