El auge de las criptomonedas luce imparable a casi 10 años de que el bitcoin -la más popular- irrumpiera en la escena. Pero esto no termina aquí. Los sistemas financieros del mundo se encuentran en el preámbulo de un probable giro.
¿Qué implicancias trae esta revolución en el comercio exterior?
"El punto central es la ausencia de comisión para el giro de divisas. En cualquier tipo de transacción con una moneda digital, la podremos hacer directamente a nuestro receptor gracias al sistema de peer-to-peer", dijo a Transport & Cargo Cristina Mabel Cernicchiaro, reconocida especialista en proyectos de inicio de blockchain y proyectos criptográficos.
Como no se hace a través de los bancos, casi no hay comisión de transferencia. Con estas divisas digitales no se necesita ningún tipo de intermediario, lo que facilita el poder realizar cualquier movimiento. De ahí que han causado un gran impacto dentro de la economía mundial en competencia con las monedas tradicionales y el sistema establecido. Hasta ahora, el mercado de remisión ha sido dominado por entidades tradicionales como Western Union o MoneyGram, que cobran altas tarifas de transacción de más del 8% en promedio.
"Esto va a reemplazar a la moneda corriente. Se podrá hacer todo con cualquier criptomoneda, ni si quiera hará falta tener una tarjeta de débito", resaltó la especialista, y detalló que para comprar una criptomoneda, el usuario debe crearse una e-Wallet que tiene dos claves, una pública y una privada. Cuando un usuario compra, da su clave pública y le dan una privada para su transacción.
Las aplicaciones de e-Wallet basadas en blockchain para manejar transacciones, tienen incorporadas herramientas fáciles de cobrar: tarjetas de crédito y débito regulares, transferencia bancaria, tarjetas prepago, tarjetas de regalo, o los cajeros automáticos. Con estas aplicaciones se puede retirar y enviar dinero utilizando cualquier red de cajeros automáticos o aplicación de celular. En el futuro, se podrá pagar con e-Wallets a comerciantes y servicios públicos.
Futuro
"Hay que entender que ni siquiera se va a transferir dinero en el futuro. Con las monedas más estables, si yo tengo bitcoins, transfiero bitcoins. No haría falta que lo cambie a dinero físico, lo haré cuando necesite", destacó Cernicchiaro quien posee un título de licenciada en Informática del ITBA con un máster en inteligencia artificial.
En algunos países ya se ha avanzado en la incorporación de los criptoactivos en la economía real. Es posible acudir a un cajero específico para bitcoin y canjear esa moneda digital por dólares o euros físicos.
La tecnología blockchain está diseñada específicamente para reducir drásticamente los costos de las tarifas de transacción. Los canales de comunicación para remesas de divisas transfronterizas basadas en el comercio digital de activos son el nuevo escenario.
Blockchain está irrumpiendo en u$s 600 mil millones en el mercado de remesas mundial. Según el Banco Mundial, en 2018, las remesas globales aumentaron un 10% a u$s 689 mil millones y se espera que crezcan un 3,7% a u$s 715 mil millones en 2019.
"Así como algunos se refugian en el oro o el petróleo, las criptomonedas son un buen refugio frente a las tempestades y las crisis. Precisamente ellas aparecieron cuando estalló la crisis financiera de 2008", aseveró Cernicchiaro.
En medio de este auge, el desafío para los gobiernos es ver cómo se puede evitar el lavado de dinero, pues al saltear al sistema bancario, se pueden legitimar capitales provenientes de actividades ilícitas.