“Más dinero, más problemas”, rapeaba el fallecido Biggie Smalls. A casi 20 años del lanzamiento de su canción, parece que un estudio acaba de darle la razón al cantante de Brooklyn. Luego de analizar datos de más de 1,7 millones de personas de 164 países, psicólogos de las universidades de la Universidad de Virginia y de la Universidad Purdue llegaron a la conclusión de que hay un umbral a partir del cual, si continuas aumentando tu riqueza, la felicidad comenzará a caer en lugar de aumentar.
Primero, los investigadores definieron dos conceptos: satisfacción de vida y bienestar emocional. El primero tiene que ver con una evaluación general y personal de cómo le está yendo a uno, mientras que el segundo tiene que ver con los sentimientos del día a día como felicidad, tristeza e ira. A partir de esto, cruzaron los datos de ingresos y nivel de satisfacción utilizando la encuesta realizada por World Gallup Poll.
Según el estudio, el nivel ideal de ingresos para que una persona esté satisfecha con su vida es de US$ 95.000 al año. En tanto, el salario para estar bien emocionalmente oscila entre los US$ 60.000 y US$ 75.000 anuales. Ambas cifras corresponden a un individuo, las mismas aumentarían en los casos en los que cuenten con una familia que mantener. Sin embargo, el descubrimiento de los científicos es que, una vez alcanzado ese sueldo “ideal”, cualquier incremento impactaría de manera negativa en la felicidad.
Para Andrew Jebb, uno de los autores del documento, la comparación con otros individuos de mayor poder adquisitivo es uno de los principales motivos por los que esto sucede. “Una pequeña disminución pone el bienestar de uno cerca del de las personas que perciben ingresos ligeramente inferiores, quizá debido a los costos que traen aparejados los mayores ingresos”, analizó Jebb, según consigna Marketwatch. El estudio concluye: mientras más dinero se tiene, más se quiere.