Como la danza de la fortuna, pero más serio. La danza de cifras en torno al monto total que recibiría la Argentina por su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es incesante. El piso es u$s 30.000, según coinciden analistas y especulaciones periodísticas basadas en las formalidades del tipo de acuerdo al que podría acceder la Argentina y por su lugar en el organismo. Es, además, una cuenta a la que las fuentes de Economía, en estricta reserva, más han dejado correr. Sin embargo, un cable de la agencia NA, fechado hoy, abunda sobre informaciones surgidas en la semana y advierte que el acuerdo con el Fondo destrabaría, además, fondos frescos de otros organismos, que podrían aportar unos 5.000 millones de dólares adicionales. Así, la administración de Mauricio Macri aspira a redondear un apoyo que rondaría los U$S 35.000 millones, por encima de las necesidades financieras hasta el final del mandato presidencial en diciembre de 2019.
Un artículo de El Cronista le pone base técnica a las renovadas apuestas sobre el monto. “La Argentina negocia con el FMI un préstamo stand by excepcional. En su modalidad "normal", esta línea permite que los países accedan a un financiamiento por hasta el 145% de su nueva cuota en cualquier período de 12 meses, y para que tengan un acceso acumulado a lo largo de la duración del programa de hasta 435% de su nueva cuota (deducidos los reembolsos). En el caso de Argentina, equivaldría a aproximadamente u$s 20.000 millones, pero al ser excepcional sería mayor a esa cifra”.
Por otra parte, analistas citados por el diario Clarín hablan de cifras más abultadas. El ex secretario de Finanzas Miguel Kiguel calcula de US$ 40.000 millones a US$ 45.000 millones. Y Javier Alvaredo, director de ACM, sostiene que “no me sorprendería que el monto total orille los US$ 50.000 millones”.
Al garantizar los pagos de deuda, el gobierno considera que volverá la paz cambiaria y podrá concentrarse en la lucha contra la inflación, que ya se proyecta por encima del 25% para este año, según estimaciones de las principales consultoras privadas.
El Gobierno necesita unos U$S 31.000 millones de dólares para completar las necesidades financieras hasta fines del año próximo, aunque los recortes que se vienen anunciando reducirían esas obligaciones por debajo de los U$S 30.000 millones.
Eso le permitiría al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, prometer un déficit fiscal por debajo del 2,5% del Producto Bruto para este año, y del 1,5% para el 2019, con el fin de tranquilizar a los mercados.
Para lograrlo, necesitará negociar con la oposición, y en especial los gobernadores, para votar un exigente Presupuesto en el último año de mandato, y que las provincias acompañen el recorte de gastos. El otro gran desafío de este mes es el vencimiento por otros $ 600.000 millones en letras del Banco Central.
La mayoría de los expertos recomienda que la autoridad monetaria lance un canje voluntario de esas letras, con una buena promesa de intereses, para que las entidades financieras, que tienen la mitad de esos títulos, lo acepten.
Así -se ilusionan- se despejaría la presión financiera extendiendo los compromisos a un plazo aceptable, que posibilite recomponer las variables que quedaron trastocadas por la fuerte devaluación ocurrida en mayo, en buena medida tras la suba de la tasa de interés en los Estados Unidos.
En el marco del objetivo por recomponer la relación con la comunidad financiera, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Finanzas, Luis Caputo, arribarán este lunes a Londres para brindar un panorama positivo sobre la Argentina ante inversores británicos y norteamericanos.
Hacia fines de la semana próxima, el presidente Mauricio Macri se cruzará con la jefa del FMI, Christine Lagarde, en el marco de la reunión del G7 en Canadá.
Tal vez allí empiece a definirse el monto del nuevo salvavidas que los organismos internacionales brindarán a la Argentina.