Tras la gira europea de la semana pasada, el presidente Alberto Fernández se trajo en el bolsillo el apoyo de los líderes de Italia, Alemania, España y Francia en la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). A eso hay que sumar el respaldo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a través del embajador argentino, Jorge Argüello.
El mandatario volvió así con la convicción de haber avanzado varios casilleros en el tablero en el que se definirá el principal objetivo del trimestre. El Gobierno busca cerrar la negociación de la deuda con el FMI a fin de marzo, para ir luego al reperfilamiento de la deuda privada. Así podrá destinar recursos a una economía que aún está con respirador artificial.
En el plano doméstico, aprobada ya en el Senado la ley que habilita la reestructuración de la deuda soberana, el foco estará ahora en la visita que hará al Congreso este miércoles el ministro de Economía, Martín Guzmán. Se espera que allí empiece a develar los ejes del plan económico para poner en marcha la economía, condición necesaria para afrontar los compromisos con los acreedores externos.
"Exigimos que Guzmán aporte precisiones sobre la reestructuración de la deuda", indicó Mario Negri, titular del interbloque de diputados de Juntos por el Cambio. El sábado el canciller Felipe Solá afirmó en diálogo con radio Mitre que el programa económico "lo va a dar a conocer Guzmán el miércoles próximo". Sin embargo, aclaró que el plan "tiene un preámbulo, absolutamente imposible de eludir, que es la negociación con el Fondo y después con los tenedores de bonos de deuda soberana".
Aún no hay detalles del programa pero se sabe que el primer objetivo es estabilizar la economía. En Argentina esta definición tiene una lectura muy clara: dólar estable, inflación controlada, tendiendo a la baja, y aflojar el torniquete fiscal sobre consumidores y empresas para mover el consumo, la producción y el empleo.
Es probable que el ministro Guzmán dé algunas pinceladas del programa general, aunque sin entrar en definiciones tajantes en materia de inflación, tipo de cambio o crecimiento del año. Esto quedará para más adelante, cuando el Gobierno envíe el proyecto de ley de Presupuesto con el nuevo escenario de deuda reperfilada.
En el Gobierno ven un escenario de "desaceleración de la inflación". Dólar quieto, tarifas congeladas y el programa Precios Cuidados, son claves para poner a la inflación en una pendiente hacia abajo.
Por ahora el Gobierno estaría cómodo con una inflación en torno a 3% mensual o algo menos. También espera que la economía salga del parate. Para ello, trabaja en una fuerte baja de las tasas de interés para el sector productivo, entre otras medidas. El ministro Kulfas anunciaría en breve alguna medida en este sentido.
Mientras tanto, Guzmán no podrá sustraerse al pedido de disciplina fiscal por parte del Fondo, una lógica de hierro que tiñe cada visita de sus técnicos. El objetivo del Gobierno es reestructurar la deuda, extendiendo plazos -tal vez con alguna quita a los privados- para lograr cierto superávit fiscal primario y una reducción del déficit financiero.