El viernes Hacienda pagó un vencimiento de Letes por al menos u$s 165 millones, que 17% estaba en manos de fondos locales y no se informó qué cifra tenían las personas físicas. Pero sin dudas fue el efecto de ese pago lo que provocó que, por primera vez desde las PASO, aumentaran los depósitos en dólares, aunque apenas u$s 16 millones, al pasar de u$s 22.561 millones el jueves a u$s 22.577 millones el viernes, última cifra oficial disponible.
Claro que hay un circuito para el pago de Letes: primero el Tesoro le paga a Caja de Valores, Caja a las Alycs o bancos y éstos a los clientes. A las sociedades de bolsa les acreditaron a eso de las dos de la tarde. Si un comitente quiere sus dólares se los deben transferir a su cuenta de banco. Si son muchos que piden lo mismo van a la fila. En el caso de los comitentes con tenencia en bancos, es posible que el sistema les acredite tarde.
Lo cierto es que dos meses antes de las PASO los depósitos privados en dólares habían crecido casi u$s 2000 millone, hasta alcanzar un récord de u$s 32.578 millones, ya que los ahorristas usaban la caja de ahorro como una suerte de caja de seguridad gratis, compraban divisas a través de home banking y no iban a retirarlas.
Pero desde el cisne negro del lunes 12 de agosto, los ahorristas retiraron u$s 10.000 millones, el equivalente a más del 30% del total, aunque el ritmo ahora cayó al mínimo, pues el retiro es de u$s 150 millones diarios, frente al récord de más de u$s 1000 millones en un solo día.
Miguel Zielonka, director de Econviews, cree que los depósitos van a seguir cayendo, aunque idealmente a menor ritmo si no hay nuevas sorpresas: "No veo que el nivel de depósitos en dólares llegue a cero, pues hay institucionales que no se pueden ir y también hay un monto pequeño transaccional que los individuos retienen en los bancos. Tal vez los depósitos privados lleguen a u$s 15.000 millones justo antes del cambio de Gobierno. Se basa en que están saliendo u$s 150 millones por día, y multiplica esa cifra por 20 días hábiles por mes. Por dos meses y medio, daría una caída de u$s 7500 millones sobre el nivel actual de u$s 22.500 millones.
Gustavo Neffa, director de Research for Traders, analiza que esta reacción es un poco el miedo que tiene el mercado al sesgo de las políticas que el Albertismo podría aplicar: "Pero como aún no se sabe cuáles serán, por lo cual quizás estén exagerados los miedos. Lo cierto es que el problema está centrado en la solvencia del Estado, y se está trasladando a la solvencia del sistema bancario que venía muy bien capitalizado, rentable y sin mora hace un año atrás".
Para el consultor financiero Martín Mazzeo, el ritmo de salida de capitales depende de tres factores: "El endurecimiento de los controles genera fuga, el cambio vertiginoso en las normas aumenta la velocidad de salida, y la incertidumbre con respecto a la reestructuración de la deuda profundiza la salida de capitales".