La llegada de un nuevo tipo de cambio diferencial, el "dólar Vaca Muerta", ayudará a las petroleras a compensar las pérdidas por el congelamiento de los precios de los combustibles (nafta y gasoil) en las estaciones de servicio al menos hasta el día después de las elecciones presidenciales que definan la suerte del candidato Sergio Massa, ya sea el 22 de octubre o el 19 de noviembre.
Esa es la razón de fondo de la medida que tomó el ministro de Economía: el atraso en los precios ronda el 40% y el abastecimiento de crudo en el mercado interno, si bien el Gobierno lo garantiza, no estaba del todo asegurado.
Con esta medida, se achicará la brecha efectiva entre el barril "criollo", que se comercializa a 56 dólares, y el real, que es el Brent de u$s 90 menos los descuentos por calidad y Derechos de Exportación (retenciones, del 8%).
Los principales beneficiarios serán las empresas que producen localmente, exportar y no refinan, como Vista, Chevron, Shell, Petronas, Tecpetrol, Pampa Energía y Exxon. Menos lo sentirán en sus cuentas YPF y PAE, pues al estar integradas lo que ganan por un lado lo terminan cediendo por el otro -la venta de combustibles-.
Liquidación de dólares
El Gobierno espera la liquidación de unos 1200 millones de dólares en los próximos dos meses con este nuevo tipo de cambio diferencial, todavía no implementado. El esquema será similar al reciente "dólar soja", en el que en vez de fijar una cifra de la divisa superior al valor oficial, se les permite a los exportadores vender una parte de los dólares en el mercado Contado Con Liquidación (CCL).
En este caso, el 75% se liquidaría a $ 350 -dólar mayorista- y el otro 25% a unos $ 780 -cotización actual del CCL-, lo que arroja un tipo de cambio promedio cercano a los $ 460, un 30% superior al oficial.
No obstante, en la industria petrolera los cálculos son más conservadores. Las empresas no integradas podrían liquidar unos 400 a 500 millones de dólares en los próximos días, pero tendrán que prefinanciar sus exportaciones. A diferencia de las silobolsas para la soja, la Argentina no tiene capacidad para almacenar petróleo crudo, por lo que las ventas al exterior se iban a concretar de todas formas.