El Gobierno tomó la determinación de extender Precios Máximos por 30 días más, es decir que, una vez vencido el plazo original -el martes próximo- continuará el corsé a los valores de más de 2300 productos de rubros como alimentos, bebida, artículos de tocador y limpieza.
Esta medida, además, tendrá un aditivo muy particular, y que destroza las pocas esperanzas que tenían las empresas. Los precios no serán actualizados, por lo que serán los mismos que los vigentes al 6 de marzo pasado, cuando comenzó este esquema.
Desde hace ya algunas semanas los empresarios habían hablado sobre la necesidad de que los productos que se encuentran dentro de Precios Máximos se incrementaran entre un 3%y un 7%, debido a la suba de sus costos, aunque en esta oportunidad tampoco tuvieron suerte.
La resolución se hará oficial en los próximos días.
La expectativas de las empresas ya se habían comenzado a romper hace unos días, cuando el ministro de Desarrollo Productivo y la secretaria de Comercio Interior, Paula Español, recibieron (de modo virtual) a varias cámaras empresarias para analizar el avance de esta política de precios.
Allí los hombres de negocios fueron claros y repitieron lo que advierten desde hace ya tiempo. "Nos es imposible continuar trabajando con estos márgenes porque nosotros tenemos otros aspectos que juegan en la ecuación final de precios y no tenemos soluciones", se quejaron.
Los sobrecostos, los problemas de logística y el incremento de las materias primas, entre otros, fueron algunos de los problemas que las industrias dijeron tener que afrontar en estos momentos.
Los precios no serán actualizados, por lo que serán los mismos que los vigentes al 6 de marzo pasado, cuando comenzó este esquema.
Tanto Kulfas como Español tomaron nota y entendieron el conflicto, aunque la postura del Gobierno fue clara. La política de Precios Máximos no se cambia. Es decir, bajo ningún punto de vista se autorizarían incrementos en momentos tan delicados como los actuales.
"A cambio, el Gobierno se comprometió a analizar los distintos problemas que los empresarios pusieron sobre la mesa, de modo de ayudar a las compañías a no tener la presión que tienen hoy sobre sus costos", afirmaron las fuentes consultadas, aunque volvieron a destacar la fuerte convicción que hoy existe respecto de no tocar los precios ya comprometidos.
En declaraciones recientes a los medios, Español dio alguna pista que permite por qué el Gobierno toma este camino, más allá de la obvia idea de que de lo contrario se estaría aplicando una presión sobre la inflación.
"Creo que hay que tener en cuenta que más allá de situaciones particulares de la empresa, el sector de alimentos e higiene personal ha logrado mantener sus ventas durante todo este período que el resto de la economía estuvo cerrada", afirmó la funcionaria.
Las expectativa de los empresarios, claro está, no estuvo ni cerca de ser cumplida.
Entre fines de marzo y comienzos de abril habían comenzado tibiamente a solicitar algún retoque en los precios pautados el 6 de marzo. No lo lograron, pero en esta oportunidad las expectativas era mayores, y tampoco lo consiguieron.
En los supermercados, por ejemplo, sostienen que las medidas sanitarias que debieron tomar a raíz de la pandemia (entre infraestructura, el pago al personal licenciado y la contratación de alguna dotación extra para cubrir cupos) les generó un sobrecosto que no tenían previsto, y que obviamente les complica la ecuación más aún con la extención de Precios Máximos.
"A todos los empleados desde ya se les está pagando el total de su salario y, además, se les pagó un bono a modo de incentivo por trabajar en un momento complejo como este", sostuvieron desde una cadena de supermercados, en relación a un pago extra que, en algunos casos, llegó a los $ 20.000.
En el caso de los productores de alimentos la problemática es similar. También hablan de los constantes aumentos por parte de los proveedores, que luego no pueden trasladar a sus costos finales. "Una opción es no fabricar más ese producto, pero después nos multan por desabastecimiento", se quejan.