El país atraviesa, una vez más, el camino descendente del ciclo económico . La proyección para fin de año del ingreso per cápita medido en dólares corrientes es ahora de u$s 7000 y podría caer a su nivel más bajo en once años, de acuerdo con un estudio elaborado por el economista de la UBA Ariel Coremberg.
La última vez que se registró una cifra similar fue en 2007, aunque en ese año la economía recorría un pasaje en pleno ascenso que, en forma escalonada, culminaría en un PBI per cápita de alrededor de u$s 13.000 hacia fines de 2011. Según las cifras difundidas por el Ministerio de Hacienda, que coinciden con los datos del Banco Mundial, el indicador alcanzó los u$s 14.400 en 2017, con lo cual la caída para fin de año se espera en torno al 50%.
Las variables que le pegan al indicador vienen de dos frentes. Puertas adentro, Coremberg supuso en el cálculo un precio del dólar promedio que finalizaría en $ 35, un crecimiento de la población de 1,5% interanual y una caída del PBI nominal de 2,5%, una cifra similar a la proyectada por el oficialismo.
No obstante, para Coremberg, la depresión de los ingresos de este año tiene su origen en un factor externo: el reacomodamiento de la economía al precio de la soja de unos u$s 300 por tonelada, el punto más bajo de la última década.
"Los datos muestran que la economía local se conecta muchísimo con la fluctuación de los precios de la soja y demás commodities: salvo por el período 2012-2015, el ingreso per cápita en dólares corre prácticamente a la par que el precio de la soja", explicó Coremberg. Y agregó: " Desde 2012, estamos viviendo los vientos en contra de una caída de los términos de intercambio por la caída brutal del precio de nuestra exportación principal".
El precio de la soja mantuvo un promedio de u$s 300 dólares por tonelada en los noventa y alcanzó un mínimo de u$s 200 en 2001, cuando el PBI per cápita tocó el piso de los u$s 2500. A partir de ahí, el valor del commodity y los ingresos aumentaron en la misma línea hasta superar el techo de los u$s 500 y casi u$s 9000, respectivamente, en 2008. En 2012, mientras la soja llegó al máximo de los u$s 600, el ingreso per cápita tocó un máximo de u$s 13.000.
La paridad entre ambos indicadores se cortó entre 2012 y 2015, cuando el precio de la soja cayó en picada hasta los u$s 400 y el ingreso se mantuvo en niveles relativamente altos. "¿Qué pasó en ese tiempo? Mantuvimos salarios e ingreso per cápita altos en dólares a cambio una desacumulación crónica de reservas y desabastecimiento de los recursos energéticos . En vez de administrar la abundancia para cuando lleguen las vacas flacas, vivimos cuatro o cinco años más con un nivel de vida que no era sostenible para las condiciones internacionales que enfrentaba la Argentina", concluyó Coremberg.
Entonces, según el economista, las condiciones vienen siendo desfavorables desde el 2012 cuando, además del inicio de una tendencia bajista del valor de la soja, se empezó a fortalecer el dólar y el costo del financiamiento en el mundo por el aumento de las tasas de interés de la FED.
"El viento en contra no es de ahora, sino del 2012. Lo que está sucediendo en 2018 es que el nivel de ingreso se está acomodando a un precio de la soja que está a la mitad de precio que la del 2011. La economía había adecuado sus expectativas de crecimiento a un precio de u$s 600, con una tasa de interés internacional baja, y nos creímos que ese efecto iba a ser duradero, y no temporario", agregó el economista.
Es así que la semana pasada el precio del commodity perforó el piso de los u$s 300 por tonelada, un efecto contractivo para el sector agropecuario que fue compensado en mayor medida por un tipo de cambio que se mantuvo en un nivel cercano a los $40.
Para Coremberg, la Argentina está tan expuesta a los contratiempos externos por un motivo: la falta de administración de recursos. "Como no disponemos de ahorros porque los consumimos en las buenas épocas, el impacto de las condiciones externas provoca una crisis más profunda en la economía argentina que en el resto de la región", aseguró.
Fuera del estudio, las expectativas de privados para este y los próximos años van en la misma dirección. Según la última publicación de LatinFocus Consensus Forecast- que reúne a los pronósticos de expertos a nivel internacional- el PBI per cápita en dólares corrientes de la Argentina será de u$s 10.500 para este año, aunque el estudio se publicó con datos del segundo cuatrimestre.
Esta cifra está por encima de Colombia y Brasil, cuyo pronóstico de ingreso por habitante para 2018 está entre u$s 6000 y u$s 9000, respectivamente. A su vez,en la banda de más de u$s 16.000 por habitante se posicionan Uruguay y Chile.