La crisis y un cambio de contexto abrupto motivó a las empresas no solo a replantear sus presupuestos para el año próximo sino también a repensar el modelo de ese armado. Contar con escenarios múltiples, revisar más de cerca la ejecución o descartar el estimado que habían realizado para 2018 como base son algunas de las estrategias a las que recurren para lograr que las previsiones sean lo más ajustadas a la realidad que sea posible.
Elaborar el presupuesto anual requiere entender en qué contexto macroeconómico se va mover la compañía y hoy, aunque con más certidumbre que hace un mes, sigue siendo arriesgado tener un pronóstico preciso de lo que sucederá en 2019. En ese sentido, usar distintos escenarios les da a las empresas la cobertura de tener diferentes planes de acción, en función de la coyuntura del país.
"Tomamos tres variables para pensar en nuestros gastos para el año próximo: tasa de interés, tipo de cambio e inflación. A partir de ahí podemos armar modelos que nos permiten prever volúmenes de mercado", explicó Paula Altavilla, directora para la Región Sur de Whirlpool. La ejecutiva estimó, sin embargo, que el año próximo va a terminar con números similares a los de este año. La diferencia, indicó, estará en que el comportamiento será el inverso al de 2018. Según sus cálculos, el primer semestre todavía mostrará una caída importante, principalmente por el arrastre de este último trimestre, y en la segunda mitad del año las ventas volverán a crecer.
"En un escenario positivo, creemos que habrá un crecimiento del 5% en volúmenes. En el negativo se vería una caída del 2%", agregó y destacó que en el próximo ejercicio deberán controlar con mayor periodicidad la ejecución del prespuesto, para evitar que haya desviaciones muy grandes.
Ignacio Aquino, socio de Corporate Finance de PwC Argentina, detalló que monitorear la ejecución del presupuesto es una tarea que consume mucho tiempo en momentos de crisis: "Las compañías tienen que medir día a día y estar preparadas para ajustar muy rápido las cifras. En algunos casos, al elaborar el presupuesto hacen para ver cómo responderá la empresa frente a determinadas crisis".
Según el especialista, siempre es un gran desafío moverse en un contexto que tiene un elevado nivel de incertidumbre. Sin embargo, destacó que aunque esta crisis fue inesperada "en cuanto a sus formas y a su profundidad", muchas compañías locales ya aprendieron cómo trabajar en un escenario como el actual.
También el laboratorio Abbvie trabajan con diferentes posibilidades como una manera de tener contemplada la incertidumbre actual. "Preparamos información propia, tanto a nivel global como local y regional, y buscamos el punto de vista de nuestros distintos interlocutores y de la cadena de valor, ya sean consultores, auditores como proveedores", dijo Máximo Guisasola, director de Finanzas de AbbVie para Región Sur de América Latina.
Según destacó, en la base de la elaboración del presupuesto se consideró la inflación acumulada y esperada, los aumentos esperados de sueldo de la industria y el tipo de cambio: "Será importante analizar los distintos factores que hacen a la actividad económica general del país, para poder tener mayor claridad sobre cómo evolucionará el mercado. De todos modos, entendemos que el mercado ofrecerá nuevas oportunidades para el crecimiento de la industria", agregó.
El nivel actual de la crisis hizo que una compañía del sector de seguridad tuviera que revisar sus previsiones desde cero. Normalmente, las proyecciones del año en curso son la base utilizada para armar el presupuesto. Sin embargo, el de 2018, elaborado en un contexto de economía en crecimiento pero que en mitad de año mutó en recesión, no resultaba útil para realizar las estimaciones del año próximo.