La disputa legal por la venta de Zanella suma un nuevo episodio. La Justicia dejó sin efecto una medida cautelar presentada a mediados de diciembre que le impedía a la histórica fabricante de motocicletas disponer de la marca y de otros activos, poniendo en pausa la venta de la compañía.
La Justicia dio lugar al pedido de los letrados de Zanella y, en consecuencia, impugnó la medida que le impidió avanzar a la firma concursada en la negociación con IMSA, miembro del Grupo Iraola/Corven, que realizó una oferta para quedarse con ella.
El fallo emitido por el juzgado de instrucción en lo penal nº3 de San Luis determinó que "se llevó a cabo una maniobra fraudulenta con la intención de inducir a error a la Justicia".
Zanella apunta que La Emilia, fabricante de la marca Motomel, estuvo detrás de esta operación, con la que pretendió frenar la adquisición por parte de IMSA de la empresa que dirige Walter Steiner.
"La cautelar viciada de nulidad fue presentada por una supuesta acreedora de la compañía y llamativamente coincidió con una batería de acciones judiciales y mediáticas desplegadas por el empresario Marcelo Meller de La Emilia, con la intención de evitar la operación de compra concertada entre Zanella e IMSA", señaló en un comunicado.
Para la empresa de Steiner, "el fallo es la primera demostración concreta de las irregularidades promovidas por La Emilia en su afán de impedir la concreción de una operación arreglada entre partes, con absoluta legalidad y transparencia, después de una extensa y colaborativa negociación".
Es que, a fines de 2019, La Emilia denunció irregularidades en el proceso de adquisición y acusó a su competidora de querer levantar el concurso de acreedores que atraviesa hace 17 años para “vender a precio vil y sin autorización de la Justicia”.
En ese entonces, la compañía santafesina expresó que hubo "un manejo discrecional" por parte del juez Agustín Ruta, de San Luis, que antes de ser apartado de la causa aprobó la venta de Zanella a IMSA, a pesar de que Motomel ofertó una suma considerablemente más alta. IMSA quería pagar u$s 1.942.149 (alrededor de $ 122.355.387), mientras que La Emilia propuso $ 245 millones, más del doble.
Tras la acusación, Zanella le exigió, a través de una solicitada, que desistiera de sus "ilegítimas" acciones, tratándola como la "eventual responsable" de la quiebra de la compañía. Pero Motomel le respondió a Zanella, mediante una solicitada también, diciéndole que la oferta sigue en pie.
"No estamos obstaculizando la venta. Es curioso por qué no se hace lugar a nuestra propuesta, siendo el doble de la otra existente”, sostuvo Marcelo Meller, presidente de Motomel, y aseguró que el conflicto frena una inversión de $ 3000 millones que La Emilia proyecta hacer, en caso de quedarse con la empresa. Desde Motomel, se despegaron del caso y aseguraron que "nada tiene que ver la empresa con esta cautelar". "Es un tercer acreedor ajeno a nosotros", señalaron.
Zanella se entusiasma con que, ahora, avance la operación con IMSA. "Reiteramos nuestra confianza en esta compañía nacional con 50 años de intachable trayectoria, que produce y comercializa en el país exitosas marcas y que demostró una vocación industrial sostenida a lo largo de su historia, con el 20% del mercado argentino de motocicletas actualmente", indicaron.
No obstante, el magistrado Ruta fue recusado ante la denuncia de Motomel y el expediente ahora está en manos de la Cámara Civil de San Luis, que deberá expedirse sobre la recusación del juez y la nulidad del proceso. En caso de darle la razón a Ruta, la causa volverá al juzgado primero. De lo contrario, Zanella puede apelar al máximo tribunal superior provincial.
Zanella no resistió la crisis y colgó el cartel de venta a mediados de diciembre de 2019. El año pasado, cerró sus plantas situadas en Mar del Plata, San Luis y Córdoba y paralizó su actividad y desvinculó a operarios de su fábrica de Caseros, luego de rematar parte de sus bienes.