El Banco Central dejó que la tasa perforara el simbólico nivel del 60% y el dólar no tardó en reaccionar: saltó 70 centavos en la apertura, a $ 38,10 en terreno mayorista, aunque luego cedió y quedó en $ 37,45, unos 5 centavos por encima del cierre del martes.
El temor del aumento del dólar en los pasillos oficiales para el corto plazo, tras el pico que se tocó a fines de septiembre por arriba de los $ 42, es claro: es traslado a precios, justo en un momento en el que se sacrifica la evolución de la actividad para intentar encorsetar la inflación.
El pass-through se intentará que sea el menor posible. La evolución de la economía, los salarios reales (esto es, teniendo en cuenta el efecto de los precios en el poder adquisitivo) y el descenso en sí de la inflación serán factores relevantes para que el traslado a precios no supere el 43%.
Si bien no hay un objetivo de inflación, el apretón monetario con nulo crecimiento de la base, busca que los pesos saquen presión a los valores de los bienes y servicios, entre ellos el dólar. Por eso, los analistas estiman que la baja de tasas se dará en un contexto gradual, para que los pesos no busquen ir hacia la divisa.
De un análisis efectuado desde el Estudio Broda surge que con una suba del tipo de cambio nominal de más de 90%, una caída de la actividad de alrededor de 10% en las variaciones trimestrales anualizadas (sin tener en cuenta al agro) y una inflación que llegó a un pico de 85,1% en el cálculo anualizado en octubre y que se planea llegue a 35,5% para febrero, el pass-through en una evolución de 10 meses alcanzará el 43%.
En ese contexto se incluye que la pérdida del poder adquisitivo, si bien aminora, no se llega a recuperar: la baja del salario real por ahora es de 11,5% cuando se toma el nivel de septiembre y se lo compara con el mismo mes del año pasado.
El porcentaje de traslado a precios de la suba del dólar en 43% es relativamente bajo, más cuando se tiene en cuenta el que se registró en la devaluación de 2014 y en la de 2016.
Cuatro años atrás, con una suba del tipo de cambio nominal de un 34% (menor a la actual), la la actividad económica casi estable (que no cayó tanto como ahora), y una inflación al alza, en 10 meses el pass-through llegó a 97%.
Un poco por debajo, pero aún peor que en lo que se espera para el contexto actual, en 2016, la suba del dólar fue de 57%, una inflación de 36% en 10 meses y una actividad estable llevaron al pass-through a 63%.
Más similar a la situación actual es 2009: los niveles de actividad fueron, en 10 meses, en baja hasta caer un 8% en ese período; el dólar subió 14%, con una inflación estaba en alza, el pass-through fue de 46%.
El efecto pass-through marca cuál es el efecto que se puede esperar en los precios para los próximos meses: como el consumo cayó, los empresarios aseguran que aún el traslado de la suba del dólar no operó a pleno.
Para que la inflación baje en 2019 y se ubique en torno al 26% anual, si bien el salario real deja de caer, no se llega a recuperar como sí ocurrió en otras reactivaciones, analizaron desde Broda. El Gobierno, para evitar que con la reapertura de paritarias se erosionara ese efecto, accedió a otorgar el bono de $ 5000.
Un estudio del Ieral de la Fundación Meditrránea, señaló que cuando compara el nivel salarial observado hasta octubre de 2018 (que es la última referencia disponible) con relación a la referencia del mismo mes en 2017, se da una caída del salario real equivalente al 11,5% en términos reales.
"Asimismo, el salario promedio de 2018 (entre enero y octubre) resulta un 12,6% más bajo que el de idéntico periodo de 2015 y se sitúa un 11,8% por debajo de la misma referencia correspondiente a 2011, siempre corrigiendo por la evolución del nivel general de precios. Esto es, desde que la economía se estancó en 2011, los salarios tuvieron marchas y contramarchas, y en promedio no crecieron hasta 2017, y en 2018 se agrega una fuerte caída", agregaron desde el instituto de la FM.
Para fin de año, la pérdida real de los salarios sería en torno a 9,8%. La implementación del pago sólo permite recuperar una parte ínfima. De hecho, cuando se añade la "ayuda" del bono de $ 5000, la caída en la masa salarial podría reducirse hasta un 8,7% en términos reales.