El impacto de la inflación y la contracción del consumo no se siente en el comercio electrónico, que se perfila como un mercado maduro, donde las transacciones se realizan con cada vez más confianza.
En el primer semestre de 2019, el sector facturó $ 152.619 millones. La cifra representa un incremento de casi el 56% con respecto al mismo período de 2018, cuando alcanzó los $ 97.892 millones. Los datos se deprenden de un estudio realizado por la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE) y la consultora TNS Kantal, que se lleva adelante dos veces al año con el objetivo de analizar el comportamiento de empresas y consumidores que compran a través de Internet en el país. Los resultados se dio a conocer en el marco del eCommerce Day.
Teniendo en cuenta que la inflación acumulada hasta junio se ubicó en torno al 22,4%, la facturación del e-commerce creció entre enero y mitad de año un 33,6% por encima del índice.
El crecimiento también se dio en términos de volumen. En los primeros seis meses del año, se comercializaron 56,5 millones de productos, un 7% más con respecto a los mismos meses de 2018, y las órdenes de compra pasaron de 34,7 millones a 41,9 millones, lo que evidencia un aumento de tíckets del 20,7% de un año a otro.
Asimismo, nueve de cada 10 personas compró alguna vez online y siete de cada 10 lo hizo en el último año, según el estudio.
Así, el boom que experimenta el canal digital contrasta con la merma registrada en el segmento offline. La suba de los precios y la mayor incertidumbre en el plano económico provocaron una baja en el consumo masivo en el primer semestre del año, que cerró con una caída del 8% interanual y profundizó la tendencia negativa de los meses anteriores, de acuerdo a la consultora Kantar WorldPanel.
Consultado sobre el auge del fenómeno, Gustavo Sambucetti, director institucional de CACE, se mostró optimista y señaló que la entidad prevé cerrar el año con un incremento de las operaciones, a pesar de la devaluación. “No somos ajenos a lo que ocurre a nivel macroeconómico. Pero, independientemente de la compleja coyuntura, el comercio electrónico se expande desde hace ya unos años", consideró, y añadió que, aunque es aventurado estimar un porcentaje de crecimiento, las previsiones indican que el incremento sería similar al del año pasado.
El especialista explicó que el sector se halla menos vulnerable a los vaivenes económicos, ya que en el último tiempo aumentó la compra de productos que antes se adquirían de manera presencial.
Es que, en un escenario caracterizado por la caída del consumo y la suba de los precios, algunos hábitos de compra cambiaron: con una oferta mejorada, las compras digitales están atadas a factores económicos. Se dirigen, fundamentalmente, a productos de primera necesidad. "Esto nos demuestra que los consumidores recurren con mayor frecuencia y adoptan esta modalidad como un hábito cada vez más cotidiano", afirmó el representante de CACE.
Entre las categorías más vendidas, se destacan en el podio los alimentos y las bebidas sin alcohol y alcohólicas, seguido por indumentaria infantil y accesorios, calzado no deportivo y herramientas. "Aunque los rubros turismo y electrónica siguen siendo muy fuertes, sobre todo con una gran relevancia en términos de facturación, se dispararon las ventas de, por ejemplo, los supermercados", aseguró Sambucetti.
Según el experto, en el contexto de retracción actual, donde predomina el consumo postergado, se lleva adelante una compra más racional. “En este sentido, es funcional el comercio electrónico porque permite una economía de tiempo y dinero”, señaló.
En este sentido, se da un crecimiento tanto en la búsqueda como en la compra a través de dispositivos móviles. "Las compras efectuadas a través de mobile representaron un 50% del total, en relación al 36% que significaron en 2018. Por su parte, el tráfico incrementó un 20%, generando 2,1 millones de sesiones, comparado al año anterior", expresó.
Con respecto a la forma de pago, las tarjetas de crédito siguen siendo el principal medio elegido por los usuarios, fomentado por la posibilidad de abonar con cuotas. El 63% lo hace a través de esta modalidad, cuando en 2018 la utilizaba el 61%.
"Registramos, además, un importante crecimiento en el uso de las tarjetas de débito. En los últimos seis meses, representaron un 9% del total de las transacciones (vs. el 5% en la mitad de 2018). Completan el mix la billetera electrónica y el efectivo, con un 15%", sostuvo Sambucetti.
En cuanto a la logística y la entrega de productos, si bien predomina el retiro en el punto de venta, se observa una disminución de esta opción con el 46% (8 puntos porcentuales menos que en los resultados correspondientes a 2018), mientras gana lugar la entrega a domicilio con el 43% (vs. 39% el año pasado). "Notamos también un crecimiento fuerte del retiro en la sucursal del operador logístico, con el 11%, lo que significa siete puntos por encima que en 2018", concluyeron desde CACE.