El precio de los combustibles, en el mundo y en Argentina, es político. Aunque en el país no está regulado formalmente, el Gobierno influye a través de la participación estatal en YPF. Y como medida para contener la inflación y no espiralizar la crisis económica, el atraso de los valores de la nafta y el gasoil es tan grande que si se quisiera corregir podrían triplicarse los precios en un período corto de tiempo, dentro de menos de un año.
No obstante, la contención de daños vía precios tiene su correlato vía cantidades. Una vez más, empieza a haber escasez de combustibles en las estaciones de servicio y el campo teme que haya desabastecimiento de gasoil de cara a la cosecha fina, pronta a comenzar.
El verdadero problema es que por el congelamiento dispuesto tras la devaluación de agosto, el canal mayorista quedó un 20% más caro que el minorista -cuando habitualmente es al revés-; así, la demanda corre al precio más barato y genera quiebres de stock en los surtidores, sobre todo en el Interior del país, lo que obliga a establecer cupos de ventas.
Este cuadro se completa con la falta de dólares para importaciones, que podrían suplir el faltante, y la brecha cambiaria que genera un desincentivo, pues las refinadoras tienen que comprar para después vender a pérdida. YPF no pudo acceder a divisas por parte del Banco Central (BCRA) en los últimos días para garantizar el abastecimiento porque no tenía prefinanciadas sus exportaciones y se le había acabado el plazo de financiamiento de las importaciones.
Dólares, aumentos e importaciones
Para solucionar esta situación, las petroleras privadas como Axion, Raízen (Shell) y Puma Energy aumentaron en las últimas semanas alrededor de un 5% los precios de los combustibles en algunos puntos del país, mientras que las refinerías cruzaron exportaciones de crudo para garantizar el abastecimiento.
Si se quisieran corregir las distorsiones cambiarias, impositivas y sectoriales, la nafta súper podría volver a 1 dólar antes de impuestos, lo que llevaría su precio a entre $ 900 y $ 1000 por litro. Eso surge de cerrar la brecha de aproximadamente 40% entre el "barril criollo" de 56 dólares con la paridad de exportación de u$s 90, junto a la recomposición del impuesto a los combustibles y al dióxido de carbono (CO2) y una nueva devaluación del peso para acercar el dólar oficial a los tipos de cambio paralelos.
Si se corrigen las distorsiones, la nafta costaría entre $ 900 y $ 1000
Los equipos técnicos de los candidatos a Presidente Javier Milei y Patricia Bullrich trabajan en recomponer el precio de la nafta en un plazo corto, cercano a los 6 meses.
Según fuentes del sector, el precio neto de impuestos del gasoil es de 62 centavos de dólar a tipo de cambio oficial y a u$s 0,27 por litro al CCL de hace una semana. En lo que va del año, los combustibles aumentaron 61% en promedio, la inflación superó el 102% y el tipo de cambio se movió en un 98%.