El ajuste de paritarias del sector Comercio, que fijó un aumento adicional de 20% en tres cuotas (enero, febrero y marzo) sobre el convenio colectivo firmado en marzo con una actualización del 25%, levantó polvareda entre las empresas del sector menos de 24 horas después de cerrarse el acuerdo.
Para muchas empresas, especialmente pymes, es virtualmente imposible asumir el incremento adicional de los salarios, por la fuerte caída de ventas. Incluso, advierten desde el sector empresarial que en los próximos meses podría haber más empresas que presenten procedimientos preventivos de crisis o incluso en convocatoria de acreedores.
El nuevo acuerdo salarial fue suscrito por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), la Coordinadora Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y la Unión de Entidades Comerciales de la Argentina (UDECA) por el lado empresarial, y por la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS) en el sector sindical.
"El acuerdo nos pone en una situación extremadamente grave, y además, puede tener consecuencias negativas tanto para empresas como trabajadores", aseguró Juan Vasco Martínez, Director Ejecutivo de la Asociación Supermercados Unidos, que nuclea a las principales cadenas, y agregó que "en la situación de crisis en la que está el sector, todas las compañías están con números en rojo".
Por su parte, Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA) , apuntó que "hay preocupación porque muchas empresas no puede pagar ese aumento". Si bien admitió que la gente "merece un aumento" por la fuerte erosión del poder adquisitivo, "las empresas no pueden pagar ese aumento porque sus ingresos han caído de una manera brutal", consideró.
En el fondo, las quejas trasuntan cierto malestar de las empresas, que sienten que no han sido consultadas antes de firmarse el acuerdo, que de todas maneras, las obliga a hacer frente al compromiso. Todavía queda pendiente la homologación por parte del Ministerio de Producción y Trabajo, mientras tanto, el sector empresarial está analizando los pasos a seguir.
Aguirre recordó que "el aumento se suma al bono de fin de año" en un virtual círculo vicioso, en que si la gente no tiene plata no puede comprar, el súper vende menos y entonces no puede pagar más sueldos, y si no paga más sueldos, la gente no puede comprar.
"Hemos debido reducir nuestra nómina en los últimos meses y deberemos seguir haciéndolo si hay que aplicar este aumento", respondió un ejecutivo de una empresa grande del sector retail.
El gerente general de otra compañía del sector remarcó que ya estaban complicados para pagar el bono que dispuso el Gobierno, a lo que ahora deben sumar la actualización de la paritaria. "Nos vamos a ver obligados a reducir nuestra dotación para cumplir con este incremento, ya que en un contexto recesivo es imposible trasladar este mayor costo a los precios y no hay rentabilidad para absorberlo".
Desde otra importante cadena minorista, señalaron que "es absurdo pagar 45% de aumento paritario anual en un sector donde los volúmenes de venta han caído a partir de julio alrededor de 40% y en noviembre ya superan el 50% de caída".
Pedro Cascales, secretario de Prensa de CAME, una de las entidades que suscribió el acuerdo, afirmó que "la mayoría de las empresas no podrían pagar el ajuste y además el bono", esto sin contar que y también algunas tendrán problemas para pagar el aguinaldo. Consultado sobre por qué CAME firmó entonces el acuerdo en este contexto, Cascales destacó "que no había alternativa, estaba firmado en la paritaria de marzo que en noviembre nos íbamos a sentar a hablar, pero nadie preveía en ese momento que la inflación iba a ser del 45 por ciento".