La crisis pegó con menos fuerza en el sistema de franquicias y, aunque hubo diferencias entre los que ya están instalados y los que piensan en hacerlo, el año promete cerrar con un crecimiento cercano al 6% en cantidad de locales. En parte, porque el primer semestre fue muy positivo. Pero, también, porque, después de la devaluación, hubo quienes aprovecharon la caída de los costos en dólares y decidieron apurar una inversión que, en gran medida, ya estaba decidida.
“Este año, se repitió algo que se viene dando desde hace un tiempo: el grueso de franquicias que crece es el que está entre $ 1 millón y $1,5 millones de inversión total. En cambio, los que, sin dudas, más sufrieron la crisis son los que requieren un desembolso de más de $ 3 millones. Más que nada, porque la gente que tiene esa capacidad de inversión es la que se toma más tiempo para pensar en un contexto de incertidumbre”, indicó Mario Comi, gerente Comercial de Francorp, consultora especializada en asesoramiento de franquicias.
Quien tenía ahorrados cerca de u$s 50.000 vio cómo, de golpe, abrir un local nuevo requería de hasta u$s 20.000 menos que antes de la devaluación. Entonces, no sólo podía costear la instalación, sino que, además, le quedaba un capital que le permitía aguantar hasta que comience la reactivación. Y se trata de una cantidad de dinero que no es imposible obtener con cierta capacidad de ahorro o con una indemnización laboral.
“Hubo gente que aprovechó la devaluación y la vacancia de locales, que permitió entrar en puntos de venta que, antes, eran imposibles. Además, en general, el fee de ingreso no aumentó y el costo de instalación bajó en dólares. Si, antes, eran u$s 50.000, ahora, sólo hay que desembolsar u$s 35.000”, aportó Lucas Secades, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias.
Según Alejandro Alcedo gerente de Operaciones y Marketing de Havanna, en la segunda mitad del año, hubo quienes consultaron sobre la posibilidad de abrir un local con la tradicional marca de alfajores. La inversión total bajó de u$s 180.000 a u$s 120.000 y eso sedujo a quienes ya tenían tomada la decisión.
“Nuestros franquiciados son, en general, personas que buscan la estabilidad que ofrece una marca como esta. Y muchos de los que efectivamente invirtieron ya tenían un local nuestro y estaban buscando una segunda ubicación”, explicó y agregó que, en la actualidad, hay 175 franquicias pero sólo 120 franquiciados.
Para empresas como Havanna, además, la devaluación significó un incremento en sus ventas a raíz de la llegada de mayor cantidad de turistas extranjeros.
“Nuestros locales en La Boca, Avenida de Mayo o Florida, hoy, están creciendo en ventas muy por encima de la inflación. Y los turistas están llegando a lugares como Alto Palermo o Distrito Arcos, donde no son tan habituales”, explicó Alcedo .
Carlos Canudas, socio del Estudio Canudas, cree que hay que separar el año en dos. En la primera mitad, hubo un crecimiento muy grande, con muchas marcas que querían entrar en el sistema y muchas consultas de quienes quería adquirir una franquicia. “A partir de junio, bajaron estrepitosamente los llamados para los dos sectores. Pero ya en septiembre muchas empresas empezaron a evaluar cómo expandirse con el sistema de franquicias. En octubre, con un poco más de estabilidad, se empezó a mover un poco”, señaló.
Según el especialista, los sectores que, hoy, se están moviendo más son los cafés atendidos por baristas, las dietéticas y, en general, las marcas de comida saludable. A estos rubros, se les suman otros que, también, tuvieron una buen año, como los locales de sushi y los de empanadas, y las tiendas de productos para mascotas.
En tanto, la gran ganadora del sistema es Rapipago: con más de 400 aperturas, fue la que más creció en el año. “Cuando hay incertidumbre, el comerciante busca alternativas para atraer gente al local. Nosotros ofrecemos esa posibilidad”, explicó Alejandro Pingitore, gerente de Retail y Alianzas Comerciales de Rapipago.