En el marco de la celebración de la Cumbre del Clima de Naciones Unidas (COP28) que se celebra en Dubai, se presentó la primera Bolsa Argentina de Carbono (BACX) con el objetivo de impulsar y escalar el potencial de los servicios ecosistémicos del país y de otros sectores claves como energía, commodities, aviación, residuos, agricultura, construcción, entre otros.
La plataforma, un desarrollo inédito para un país con escasos proyectos en el mercado del carbono y con necesidades financieras de fondeo, será presidida por Adrián Cosentino, doctor en Economía con una exitosa carrera profesional en el ámbito de las finanzas y tuvo a cargo la Comisión Nacional de Valores (CNV), donde gestó nuevas herramientas de financiamiento para proyectos de triple impacto e inclusión, en línea con las nuevas agendas del mundo.
"Estamos muy entusiasmados de anunciar la primera plataforma de trading para el mercado de carbono argentino, con el respaldo tecnológico y regulatorio de ACX. La bolsa ayudará a acelerar la acción climática de nuestro país con innovación y transparencia de vanguardia, con el objetivo de acelerar las metas de reducción de emisiones públicas y privadas", afirmó Cosentino.
Explicó que Argentina tiene escasos proyectos dentro del mercado de carbono "y necesita de herramientas financieras que le permitan llegar a todos los sectores, fondear la transición hacia una economía libre de emisiones. Para ello, el mercado voluntario ofrece instrumentos financieros para invertir en la transición ecológica hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y reemplazar con créditos de carbono de calidad que permitan compensar a nivel nacional e internacional".
El vicepresidente de la BACX, Alejandro Guerrero, añadió que se trata de "la única plataforma que puede dar las garantías y el respaldo a las transacciones a nivel local y global, para agilizar la transición hacia una economía verde, que maximicen los esfuerzos de conservación y descarbonización en un contexto global complejo.
En ese sentido, BACX contará con una tecnología probada y con programas de riesgos y seguros para paliar el riesgo de la crisis climática siendo una garantía de políticas a largo plazo."
Los expertos explicaron que BACX está respaldada por ACX y Green Carbon Exchange, comprometidas a hacer posible la transición a una economía global net-zero. ACX es la primera bolsa de carbono totalmente regulada, que conecta a los participantes del mercado voluntario de carbono (VCM) mundial para negociar contratos de créditos de carbono al contado y futuros de forma transparente.
Estos instrumentos con atributos ambientales operan con la integridad del mercado financiero regulado. ACX ha recibido más de 40 millones de dólares de inversión del Deutsche Börse y del Abu Dhabi Wealth Fund y es liderada por William Pazos, co-founder y CEO.
"Apuntamos a construir un ecosistema que apalanque la emisión de créditos y futuros de carbono de calidad con financiamiento garantizado", reforzó Aleandra Scafati, la experta que lidera la estrategia para América Latina y el Caribe como presidenta del Green Carbon Exchange (GCE) GCE se centró tras la Conferencia sobre Biodiversidad en Montreal (COP15), en la que más de 190 países acordaron el objetivo de alcanzar el 30% de áreas protegidas para el año 2030 complementariamente a la campaña Race to Zero (Carrera hacia Cero), que cosechó miles de firmas corporativas, en garantizar la trazabilidad digital, el monitoreo y control, y la rendición de cuentas en todas las acciones encaminadas a cumplir estos los compromisos asumidos, tanto por los países y gobiernos subsoberanos como por las empresas.
Por qué tener una Bolsa
Se trata de un instrumento para darle competitividad y sostenibilidad a las empresas argentinas en el marco de las agendas globales, tanto PyMES como grandes compañías.
Los sectores más importantes de la economía argentina: alimentos, minería, energía, acero y derivados, son sectores altamente vulnerables a las exigencias de la acción climática.
Pero existen instrumentos en los mercados de carbono globales voluntarios para financiar la transición hacia modelos de producción menos contaminantes y esa transición que básicamente es aplicación de tecnología para reducción de emisiones, se transformen en certificados de carbono que permiten a las grandes empresas financiar la carbono neutralidad a través de la compra de esos certificados para compensar sus emisiones.