Hubo una invitación y todavía ninguna respuesta. Como ya venía proponiendo la cúpula peronista, en voz de su presidente José Luis Gioja, esta vez el convite vino de un delegado de la propia Cristina Fernández de Kirchner. Antes de entrar al microestadio de Ferro ayer, al congreso del PJ Nacional, el camporista Eduardo "Wado" de Pedro llamó por Twitter "a conformar un gran frente opositor sin exclusiones, e invitamos a Sergio Massa y a los gobernadores peronistas a dirimir roles y candidaturas en las PASO que fija la ley".
Con el tuit del diputado cuya esencia fue luego reiterada por el regresado Alberto Fernández, el kirchnerismo invitó con nombre y apellido a sumarse al líder renovador. Y a mandatarios, que el ex jefe de Gabinete K calificó de "más esquivos", entre ellos los dos ausentes con aviso al cónclave: el salteño Juan Manuel Urtubey y el cordobés Juan Schiaretti.
Los únicos gobernadores presentes fueron el formoseño Gildo Insfrán, en los papeles el titular del órgano partidario, y el puntano Rodríguez Saá. Varios de los mandatarios que coquetearon el año pasado con el PJ Federal, enviaron como emisarios a sus vices, como Chaco, San Juan y Tierra del Fuego. Lucía Corpacci (Catamarca) y Alicia Kirchner (Santa Cruz) se excusaron en estar de viaje. Otros enviaron a sus congresales.
En rigor, el mitín de ayer (con 643 presentes de 927 convocados) fue para avalar la conformación de un frente electoral (al que ya llaman "patriótico") para las próximas presidenciales. No se especifica aún a qué partidos se hará extensiva la invitación, pero es claro uno será Unidad Ciudadana.
Ahora bien, la pregunta del millón que atravesaba el PJ ayer (el K y el bautizado "esquivo"): ¿Una eventual PASO opositora podría contener a Cristina Kirchner de precandidata? No todos lo ven verosímil.
Si bien fue durante su mandato cuando se impulsó, a instancias de Florencio Randazzo, las PASO, el kirchnerismo tendió a evitarlas en el poder. Como suele ocurrir con los oficialismos, sin ir más lejos le pasa hoy por hoy a Cambiemos, con una UCR reclamándole al PRO.
Por orden de Cristina Kirchner, Daniel Scioli fue el postulante del FpV en 2015, al dejar afuera a Randazzo, y en 2017 la ex Presidenta le negó esa instancia al mismo ex ministro del Interior. La excepción a la regla: la interna bonaerense que aprovechó María Eugenia Vidal.
"No es lo mismo que nos llame para competir contra ella o contra algún 'delfín'", era la lógica evaluación de un sector convocado. La actual senadora explicó alguna vez que evitó unas PASO con Randazzo porque el "debate" debía darse con Cambiemos, sin esmerilarse entre opositores. En 2019 corre la misma lógica.
Si no es ella, la más beneficiada de las encuestas, la invitación toma otro color: en diciembre, el massismo especulaba con una interna que enfrentara a su líder con Agustín Rossi o Felipe Solá. Post-Bolsonaro en Brasil, según sus sondeos no llegaban a acaparar todos los votantes de la ex Presidenta.
Hubo ausentes en la convocatoria K: el senador Miguel Ángel Pichetto y el emergente veraniego Roberto Lavagna.
Por las dudas, entre el merchandising de Ferro ya se vendían pañuelos con la leyenda "CFK2019" bordada.