La fuerte suba del dólar desde abril frenó la demanda de divisas. Según datos presentados en el último Informe de Política Monetaria (IPOM) publicado por el Banco Central (BCRA) tanto los importadores, el sector real, el turismo y la demanda para atesoramiento se redujeron hasta 16 veces desde su punto máximo este año.
Los picos de demanda se vieron entre fin de mayo y principios de junio, dos meses de marcada volatilidad e incertidumbre sobre el dólar. Luego, las compras se frenaron y marcaron mínimos este mes.
En el caso de los importadores netos y jugadores del sector real, en enero demandaban unos u$s 76 millones diarios (según el promedio móvil de 20 días informado por el BCRA) y llegaron a requerir más de u$s 160 millones en junio, el récord del año. Hoy, esos participantes compran divisas por un promedio menor a u$s 10 millones diarios, es decir, 16 veces menos que el máximo del año.
Por su parte, las compras para atesoramiento de personas físicas y turismo cayeron a alrededor de un tercio. El promedio diario móvil de 20 días estuvo en torno a los u$s 145 millones en enero, mientras que en junio superó los u$s 160 millones. En lo que va de octubre, en cambio, se encuentra levemente por encima de los u$s 50 millones.
La tasa de referencia de casi 72%, la Leliq a 7 días, le va a ganar a la inflación de octubre si las previsiones de economistas de no más del 5,7% para el mes se concretan. Muy distinto es el caso de los rendimientos para los depositantes minoristas, cuyos plazos fijos pierden contra la inflación desde diciembre pasado. Y volverían a hacerlo este mes
Además de menores compras, empieza a haber ventas de divisas por parte de personas físicas. En un banco reconocieron una tendencia incipiente y dijeron: "Por un lado, las tasas en pesos son atractivas y hay cierta migración hacia plazos fijos. Por otro, la estabilidad del tipo de cambio en un contexto recesivo lleva a quienes habían atesorado muchos dólares en momentos de volatilidad a venderlos ahora para hacer frente a algún gasto corriente".
En tanto, el IPOM explicó: "El nivel actual del tipo de cambio real está contribuyendo al ajuste de las cuentas externas, a lo que se suma el efecto de la menor actividad económica sobre la demanda de importaciones. En efecto, en las últimas semanas se observa una menor demanda diaria de divisas de importadores netos, para atesoramiento y turismo, rubros muy relevantes en la explicación del egreso de divisas de la economía".
El BCRA subrayó que el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) subió 18% en promedio durante el tercer trimestre y el incremento punta a punta fue aún mayor, de 24%. En consecuencia, el organismo espera "que la oferta de dólares reaccione positivamente al nuevo nivel de tipo de cambio real".
"El ITCRM se ubicó en septiembre un 21% por encima del promedio de los últimos veinticuatro años. En la comparación con otros países de la región, el peso es la moneda que se encuentra más depreciada respecto a su promedio histórico, lo que le otorga a los bienes domésticos una marcada mejora en la competitividad precio. Esta situación no se daba desde comienzos de 2012, cuando Argentina registraba un superávit comercial de bienes en torno a 2% del PIB", sostuvo el BCRA.
En ese sentido, el propio titular del BCRA, Guido Sandleris, dijo en conferencia de prensa que las zonas de intervención y no intervención cambiarias se fijaron teniendo en cuenta que se parte de un tipo de cambio competitivo. "El tipo de cambio real multilateral en el límite superior de la zona de no intervención se ubica en niveles del año 2003, momento en el que el tipo de cambio había sobrerreaccionado al colapso de la convertibilidad", indicó el IPOM.
El documento agregó: "Por otro lado, el tipo de cambio real multilateral correspondiente al límite inferior de la zona de no intervención se ubica en niveles similares a mediados de 2011, momentos en los que la economía registró un desequilibrio de la balanza de cuenta corriente sustancialmente menor al actual y con términos de intercambio en niveles similares a los actuales".